Este artículo se publicó hace 11 años.
Los testigos afirman que Ortega Cano conducía de forma "arriesgada"
Según relataron al juez el extorero realizó adelantamientos indebidos en curva, ignoró las líneas continuas, invadió el carril contrario y se acercó peligrosamente a otros vehículos
Varios testigos desmontaron la versión de José Ortega Cano en la segunda jornada del juicio que se sigue contra el torero, acusado de provocar un accidente mortal de tráfico en 2011 en el que murió un vecino de Castilblanco de los Arroyos llamado Carlos Parra, hechos por los que la Fiscalía le pide cuatro años de cárcel.
Según relataron los testigos aquel 28 de mayo de 2011 Ortega Cano realizó adelantamientos indebidos en curva, ignoró las líneas continuas y un paso de cebra, invadió el carril contrario y se acercaba peligrosamente a otros vehículos. Un testigo, Alvaro R.D., aseguró que Ortega Cano le adelantó en línea continua a la altura de un paso de peatones y circuló hasta "500 metros" en sentido contrario momentos antes de que el acusado provocara el accidente mortal.
En su declaración este miércoles como testigo ante el Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla, Alvaro R.D. relató que el día 28 de mayo de 2011 viajaba en su vehículo junto a su novia y pudo observar cómo antes de llegar al pueblo de Burguillos, a un kilómetro y medio aproximadamente, un coche —que era el conducido por el extorero— "se acercaba y despegaba mucho", por lo que inicialmente pensó que podía tratarse de una "broma". El vehículo llegó incluso a "invadir" el arcén contrario con las ruedas del lado izquierdo.
"Puso en peligro la circulación", dijo este testigo. Añadió que el coche conducido por Ortega "tuvo que volver" a su carril derecho al llegar a una isleta, tras lo que pasó el pueblo y, en una curva, volvió a invadir el carril contrario, momento en el que "podría haber provocado un accidente" en caso de que otro vehículo hubiera venido de frente.
Al tratarse de una forma de conducir "arriesgada y extraña", la novia del testigo llamó al servicio de Emergencias del 112 para dar aviso de la situación.
Seguidamente, el testigo observó que el vehículo conducido por el extorero estacionó en un hotel, donde "abrió la puerta e inclinó el cuerpo", aunque a preguntas del fiscal ha aclarado que "no lo vio vomitar". Asimismo, dijo que, tras volver a pasar por el hotel, vio el coche aparcado en otro lugar y con las luces encendidas.
El coche de Ortega Cano "iba echando como humo negro por los tubos de escape"
Un segundo testigo tampoco dejó en buen lugar al diestro. Contó que momentos antes del accidente Ortega Cano realizó un doble adelantamiento en un tramo de carretera señalizado con doble línea continua al encontrarse justo antes de llegar a una curva en la carretera de Burguillos a Castilblanco de los Arroyos, añadiendo además que el acusado circulaba a una velocidad de "140 o 150 kilómetros por hora".
En su declaración en la segunda sesión del juicio que celebra el Juzgado de lo Penal número 6 de Sevilla, Francisco José R.A. relató que el día 28 de mayo de 2011 circulaba con su coche por la carretera A-8002 que enlaza ambos municipios sevillanos, a pocos kilómetros de donde se produjo el siniestro, cuando observó cómo el coche conducido por el acusado le adelantó antes de llegar a una curva y, sin volver a su carril, adelantó también a una furgoneta que circulaba delante, aunque este último adelantaiento se produjo "ya en la curva".
"No se veía absolutamente nada, es una curva peligrosa y sin visibilidad", dijo el testigo, quien precisó que "le llamó la atención el ruido" que hacía cuando le estaba adelantando el todoterreno conducido por el exmatador de toros, que "no iba frenando, sino acelerando".
Tras realizar el doble adelantamiento Francisco José R.A. vio cómo el coche de Ortega Cano subía una cuesta llamada 'Barranco Hondo' hasta que lo "perdió de vista". "Iba echando como humo negro por los tubos de escape". El testigo siguió su camino hasta que fue alertado por el conductor de otro vehículo de que más adelante se había producido un accidente por lo que paró y llamó al servicio de Emergencias 112, observando en dicho lugar un Seat Altea —el vehículo de la víctima—, que tenía "la luna destrozada", a lo que se suma que había un "fuerte olor a gasolina y a goma quemada".
Siguiendo las indicaciones de la operadora del 112, "me dirigí al Seat Altea y me lié a hablar con él, pero no contestaba nadie", ha dicho el testigo, quien ha precisado que no se acercó al vehículo del exmatador de toros, para quien la Fiscalía pide cuatro años de cárcel por un delito de homicidio imprudente en concurso con dos delitos contra la seguridad vial.
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