Este artículo se publicó hace 13 años.
Tarifa, cárcel frente a África
En la isla de Las Palomas existe un centro de internamiento de extranjeros sin orden de apertura
El edificio europeo más cercano a África es una cárcel. Está en la isla de Las Palomas, un trozo de Tarifa que se mete en el mar y señala como la punta de una flecha al otro lado del estrecho de Gibraltar. Es la isla que separa el Mediterráneo del Atlántico. Unos 14 kilómetros más allá están las playas de Marruecos.
De ellas salen buena parte de las embarcaciones que llegan clandestinamente a este lado con hombres y mujeres africanos en busca de trabajo y futuro. Muchos de ellos acaban entre las paredes de lo que hasta 1999 era un cuartel del Ejército de Tierra. Hoy es un centro de internamiento de extranjeros.
«Este centro es ilegal, no existe en los papeles», dice José Villahoz
Ninguna orden ministerial, real decreto o decisión gubernamental da cuenta, hasta la fecha, de su creación. Es un ente jurídicamente inexistente, como una persona sin partida de nacimiento. "Nosotros queremos que se cierren todos, los diez centros de internamiento de extranjeros que hay en España. Por una infracción administrativa no se puede detener ni tener presa a una persona durante 60 días. Pero este centro es, además, ilegal, porque no existe en los papeles", denuncia José Villahoz, presidente de la asociación Algeciras Acoge.
La orden del Ministerio de la Presidencia de noviembre de 2006 por la que se crean los centros de internamiento de extranjeros nada dice de Tarifa. Solamente habla de Tenerife, Algeciras y Fuerteventura. El Defensor del Pueblo y algunos sindicatos policiales lo han denunciado en los últimos años.
Un portavoz del Ministerio de Interior admite que no existe la orden de creación, pero lo justifica asegurando que es una extensión del de Algeciras. Villahoz recuerda que la citada orden de Presidencia es de 2006, cuando los de Tarifa y Algeciras ya llevaban años llenándose de extranjeros.
Dura realidadInexistente en el papeleo, la isla es una dura realidad para los miles de africanos y algunos asiáticos que han pasado por sus barracones desde que, en 1999, fuese abandonada por el Ejército y recuperada por el Ministerio de Medio Ambiente, que lo cedió a Interior en 2002. El Ministerio, que entonces tenía al frente a Mariano Rajoy, lo abrió en una época en que a las costas gaditanas llegaban casi a diario centenares de africanos. Las escenas de autobuses llenos de marroquíes, senegaleses o cameruneses que entraban o salían de la isla se acabaron cuando empezó a funcionar el Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho(SIVE) en 2003.
Los traficantes de seres humanos abrieron entonces la ruta de Canarias, pero este centro, sin embargo, continúa funcionando. Aquí acaban las personas que llegan en pateras a las costas de Granada o Almería, los que la Policía detiene en cualquier parte de España por no tener permiso de residencia y no haber cumplido la orden de expulsión dictada en una detención anterior, o los que vienen desde otros centros.
"A Tarifa van cuando en Algeciras ya no cabe más gente", afirma Juan Antonio Morillo, del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que pide el cierre del centro. "Nosotros pedimos el cierre inmediato del centro de Algeciras y, como consecuencia el de Tarifa. Algeciras es una cárcel vieja que se cerró porque no cumplía con las condiciones de habitabilidad para los presos en el siglo XXI. Y si no valía para los presos no vale para unas personas que legalmente no son presos, que solo han cometido una infracción, no un delito", añade.
Peor que una cárcelJosé Villahoz es tajante: "A esto se le llama centro de internamiento pero en realidad es peor que una cárcel. Las cárceles dependen del Ministerio de Justicia y en ella trabajan funcionarios de prisiones especialmente preparados. Aquí trabajan agentes de Policía Nacional sin formación específica en esto. Y en las cárceles, por así decirlo, normales, hay toda una serie de servicios sociales, deportivos, culturales, sanitarios y de reinserción que aquí no se dan".
Hay más razones para el cierre del centro de internamiento de Tarifa. El alcalde, el socialista Miguel Manella, lo aclara: "Es un paraíso natural, con unos fondos marinos de una riqueza natural incalculable, es la joya de la corona del parque natural del Estrecho".
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