Este artículo se publicó hace 17 años.
Sube la tensión entre Georgia y Rusia en medio de las protestas de la oposición
Rusia y Georgia protagonizaron hoy una nueva escalada de tensión en sus relaciones al anunciar el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, la expulsión de tres diplomáticos rusos por mantener contactos con la oposición, que se manifiesta desde hace días en Tiflis contra el Gobierno.
"Tenemos pruebas de las actividades subversivas de los servicios secretos rusos en territorio georgiano y las vamos a revelar", aseguró Saakashvili en directo por la televisión pública.
Los tres diplomáticos rusos -ministro consejero, consejero y tercer secretario- fueron declarados "persona non grata" y tendrán que abandonar este país en cuestión de días.
Por la misma razón, Georgia llamó a consultas a su embajador en Moscú y convocó al embajador ruso en Tiflis para pedirle explicaciones.
Saakashvili, el principal aliado de Estados Unidos en el Cáucaso, aseguró que "nunca permitirá la desestabilización y el caos en Georgia".
"Moscú incluso creó un gobierno paralelo preparado para reemplazar a Saakashvili antes de finales de este año. No me lo tomé en serio, ya que estaba seguro de que no serían capaces de lograrlo. Desgraciadamente, han tenido éxito en parte", dijo.
Por esta razón, añadió, "los órganos de seguridad tomaron las medidas en el marco de la ley para restablecer el orden público".
El presidente del Senado ruso, Serguéi Mirónov, tachó de "desvarío" y de "absurdas" las afirmaciones de Saakashvili
Seguidamente, el Ejército ruso anunció que cerrará a mediados de noviembre, varios meses antes de lo previsto, sus bases militares en territorio georgiano.
El último convoy con tropas rusas abandonará la base de Batumi a mediados de este mes con destino a Armenia, donde Rusia también cuenta con una base militar, aseguró Igor Konáshenkov, portavoz del Comandante en Jefe del Ejército de Tierra, citado por la agencia Interfax.
Mañana, jueves, el penúltimo convoy con doce vehículos militares partirá de Batumi (Abzharia) rumbo a Rusia con equipos y armamento militar, añadió Konáshenkov.
Rusia se comprometió en mayo de 2005 a retirar sus tropas y cerrar sus dos bases -Batumi, a orillas del mar Negro, y Aljalkalaki, en la frontera con Turquía- en territorio georgiano antes de 2009, proceso de repliegue que comenzó en julio de ese año.
Por otra parte, el ministro de Exteriores georgiano, Guela Bezhuashvili, instó a su colega ruso, Serguéi Lavrov, "a abstenerse de cualquier clase de interferencia en los asuntos internos de Georgia".
Lavrov había asegurado ayer que "el pueblo georgiano se merece un futuro mejor y, al respecto, puede contar con el apoyo de Rusia".
Además, el Defensa georgiano denunció que tres cazabombarderos rusos Su-24 violaron el sábado su espacio aéreo, algo que negaron rotundamente las Fuerzas Aéreas Rusas (FAR).
Mientras, cerca de 400 personas tuvieron que ser atendidas en distintos hospitales de Tiflis debido al impacto de las balas de goma y gases lacrimógenos utilizados por la policía georgiana para dispersar un mitin opositor.
Según diversas fuentes, varios líderes de la oposición, que demandaban la renuncia irrevocable de Saakashvili, también han sido detenidos en las últimas horas y podrían ser acusados de colaborar con servicios secretos extranjeros (rusos).
Además, fuerzas especiales georgianas asaltaron la sede del canal de televisión independiente Imedi, que había retransmitido en directo cómo la policía dispersaba violentamente a los manifestantes, y que poco después interrumpió sus emisiones.
"Esperamos que las autoridades georgianas opten por la provocación y no ejerzan presiones sobre los periodistas y empleados de Imedi", señaló el presentador del noticiero segundos antes de que se cortara la señal.
Una de las líderes de la oposición, Salomé Zurabishvili, aseguró que era ya "imposible" entablar un diálogo con las autoridades.
"¿Qué diálogo puede haber con quien aplasta a su pueblo?", dijo la ex ministra de Exteriores, que llamó a la comunidad internacional a reaccionar ante los acontecimientos en Georgia.
Mientras, el hombre más rico del país y patrocinador de la oposición, Badri Patarkatsishvili, calificó de "fascista y criminal" al régimen de Saakashvili.
Patarkatsishvili, antiguo dueño de Imedi, aseguró que dedicará todos sus fondos a liberar a Georgia "del régimen fascista".
Al respecto, Saakashvili aseguró que "ya no era el momento de mítines políticos. Ese ya momento ha pasado".
Estas son las mayores protestas en la capital georgiana desde la Revolución de las Rosas de 2003, que apartaron del poder al entonces presidente, Eduard Shevardadze, y auparon al poder a Saakashvili.
Las relaciones entre Tiflis y Moscú se encuentran prácticamente congeladas desde que en septiembre de 2006 las autoridades georgianas detuvieran y posteriormente expulsaran a cuatro militares rusos por espionaje.
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