Soraya Sáenz de Santamaría
Política. Es la portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados
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¿Qué libro recomienda?
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La montaña mágica, de Thomas Mann.
¿Cuál desaconseja en verano?
Napoleón, de Max Gallo.
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¿Y este año qué va a leer?
Juntos, nada más, de Anna Gavalda.
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Lamento no coincidir con usted: de La montaña mágica sólo logré ascender hasta la cota de la página 100 y sólo me emocionó la escena en la que Hans observa conmovido y algo excitado una radiografía del tórax de la mujer que ama.
El libro me agobió por la enorme responsabilidad, es como transportar una cristalería: ¿y si se te cae al suelo y se rompe? ¿Y si se te escapa que tal personaje encarna la pulsión de muerte de la cultura occidental? ¡Te la has cargado! Sin embargo, en lo esencial, sí estoy de acuerdo: la idea de que en verano hay que leer majaderías lo más ligeras posibles es propia de analfabetos.
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¿Por qué no aprovechar para ir cubriendo lagunas? Mi amiga Carmen me visitó el verano pasado en el pueblo con un ejemplar de La montaña mágica. Era el cuarto verano que venía con el mismo libro: todos los años lee sólo hasta la página 200, en invierno se olvida de todo y vuelve a empezar el verano siguiente. Yo estoy seguro, en cambio, de que usted lo acabó (y también de que este año Carmen vendrá otra vez con el mismo libro: no tiene arreglo).
Me quedo con las ganas de saber por qué no le gustó el libro de Max Gallo; es un poco antigua y pomposa esa biografía novelada de Napoleón, pero se puede leer.
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A pesar de que el título me repele (¡si parece un bolero!), Anna Gavalda también me inspira curiosidad, así que seguiré su consejo.