La solución al apoyo social a ETA: "La reeducación de muchos adultos"
El Defensor del Pueblo vasco afirma que un 10% de jóvenes justifican la violencia terrorista por valores "adquiridos de sus padres".
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"La reeducación de muchos adultos". Esta es la solución que plantea el Ararteko —defensor del Pueblo Vasco—, Iñigo Lamarca, tras conocerse ayer que el 15% de los adolescentes vascos que estudian alguno de los cuatro cursos de la ESO no rechaza o justifica la violencia de ETA y otro 14% se muestra indiferente o no se manifiesta al respecto —dentro del Informe de Atención institucional a las víctimas del terrorismo en Euskadi—.
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Lamarca ha afirmado que existe un sector de la población vasca con "gran capacidad de presión" social en pequeños municipios, sobre todo de Guipúzcoa, y que no condena la violencia ejercida desde el entorno de la izquierda abertzale o la banda terrorista ETA.
Lamarca instó a realizar "una labor formidable" y "de mayor rigor" en lo que concierne a la educación en valores para que no tengan lugar actitudes de no rechazo a ETA, que son "particularmente intensas y significativas en localidades pequeñas de Guipúzcoa".
En declaraciones a RNE, el Ararteko apuntó que cerca de un 10% de jóvenes justifican la violencia terrorista motivados por unos valores "adquiridos a través de sus padres". De esta forma, el Defensor del Pueblo vasco pidió un mayor esfuerzo en la educación recibida en el círculo de la familia, seguido por el grupo de amigos y, finalmente, en la escuela.
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"La posición que aportamos como Defensor del Pueblo es ética y hay herramientas y recorrido para penetrar en ese sector tanto de adultos como de niños que es muy minoritario", prosiguió Lamarca quien, aunque avisó de la "significancia" de este sector, recordó que más del 70% de la sociedad vasca rechaza de forma clara a la banda terrorista. "Hay que penetrar en este sector opaco que está alimentando con sus actitudes el terrorismo de ETA", añadió.
Según explicó, el informe del Ararteko refleja que "algo falla" en "el tejido moral" de la sociedad vasca y que es un sector minoriario que antepone planteamientos políticos a algo que debería ser "incuestionable" como es la defensa del derecho a la vida y los derechos fundamentales. A su juicio, que una parte de la sociedad no tenga claro ese planteamiento es "preocupante" y pone de manifiesto que desde los órganos institucionales se debe realizar "una labor formidable en educación, valores y reeducación de muchos adultos".