Este artículo se publicó hace 15 años.
Solana dice adiós a tres décadas en primera línea
Tras 10 años al frente de la diplomacia europea y 27 a bordo de un coche oficial
¿Qué hará hoy Javier Solana? Ayer, la pregunta fue, por primera vez en 27 años, muy fácil de responder. "Me levantaré, iré a correr y tomaré un avión a casa", respondió en su último día de trabajo. Tras diez años como Alto Representante para la Política Exterior y la Seguridad Común, Javier Solana (Madrid, 1942) se despidió de una carrera política que lo ha llevado a la primera línea de la actualidad internacional, primero como secretario general de la OTAN y después como piloto de la diplomacia europea.
"¿Qué hará después?", trató de averiguar uno de los periodistas que se preguntaban si, como tantos otros altos cargos, aceptará alguna oferta dentro del sector privado. "¿Después...?", repitió, sopesando la respuesta. "Por la tarde no lo sé", concluyó con una sonrisa escurridiza ante su sombra y portavoz desde hace trece años, Cristina Gallach, que contenía las lágrimas.
Hoy se levantará, irá a correr y tomará "un avión a casa"
Desde hoy, la baronesa Catherine Ashton será la nueva ministra de Exteriores, un cargo que verá acrecentadas competencias, con un servicio diplomático propio y más poderes de representación europea gracias a la nueva configuración del Tratado de Lisboa, desde hoy máxima ley de la UE.
Ese puesto debería haberlo ocupado el propio Solana si la Constitución europea, que ayudó a diseñar, no se hubiese encontrado con el no en las urnas de los ciudadanos franceses y holandeses. Aunque Solana asegura que "diez años es más que suficiente" al frente de la diplomacia de la UE, la limitación de altos cargos por país hizo incompatible su presencia y la de Joaquín Almunia, que ha alcanzado una gran cota de poder con su nombramiento el viernes como nuevo comisario de Competencia.
El futuro de la UESolana ve el futuro de la Unión Europea "con tremenda esperanza", porque tiene "un gran papel que jugar en el mundo" de equilibrios de poder cambiantes. "Hay demanda, solicitud de Europa", aseguró ayer Solana tras una rueda de prensa con su amigo y primer ministro de Serbia, Boris Tadic. El español se reconocía "encantado" de cerrar 10 años de trabajo que incluyen una gran cooperación con los Balcanes Occidentales, pero también sinsabores por la relación con Irán o el conflicto de Oriente Medio, que sigue varado en la incertidumbre, tal y como hace 10 años, cuando Solana se convirtió en "mister Pesc".
La relación con Irán o el conflicto de Oriente Medio han sido sus sinsabores
El doctor en Física Javier Solana no se ha bajado en 27 años del coche oficial. Diputado desde 1977, fue el primer ministro de Cultura de Felipe González, antes de ocupar Educación y Ciencia y Asuntos Exteriores. Su longevidad en el Gobierno, que bate el récord de la España democrática, le hizo ser considerado como delfín de González, a quien logró sobrevivir al convertirse en 1995 en secretario general de la OTAN, contra la que se manifestó en 1982 y en la que acabó decidiendo la primera guerra de la Alianza, la de Kosovo, en 1999.
En Bruselas deja más amigos que enemigos, ya que a estos últimos les ha dedicado un mimo especial, se comenta en los pasillos comunitarios. Sólo durante los seis primeros meses del año, Solana recorrió aproximadamente 165.000 kilómetros en 231 horas de vuelo que lo llevaron a 23 países, algunos de ellos media docena de veces. Solana tiene fama de eficaz, discreto y adicto al trabajo, tanto que a su equipo le da a menudo la sensación de que su jefe, galardonado con el prestigioso premio Carlomagno en 2007, no duerme nunca. Ahora bajará la intensidad de su trabajo.
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