A partir del 1 de julio, será más barato cruzar la frontera para mandar un mensaje de texto (SMS) a otro número de móvil español, que enviarlo desde dentro de España. Las compañías de telefonía móvil están obligadas desde el próximo mes a cobrar a sus clientes un máximo de 11 céntimos de euro por cada mensaje enviado desde el extranjero (en roaming). Europa manda y no hay empresa que se plantee desobedecer la imposición de la Comisión. Fronteras adentro, sin embargo, los precios finales están liberalizados.

La tarifa nominal más extendida (prácticamente la única en las tres compañías tradicionales) son 15 céntimos de euro por SMS nacional. A fecha de hoy, según ha podido saber Público por fuentes de Movistar, Vodafone y Orange, ninguna tenía intención de cambiar los precios. La paradoja está servida. Las tres compañías se miran de reojo temiendo que alguna saque el pie del tiesto con una rebaja y obligue a las demás a seguirla.

Sólo un giro de última hora por parte de Movistar, motivado por el varapalo en captación de clientes que ha recibido desde que comenzó 2009, podría cambiar el panorama. De hecho, la marca móvil de Telefónica ha lanzado un contrato, copia de los operadores alternativos, en el que los SMS cuestan nueve céntimos de euro. En el resto de su amplio catálogo: el mensaje se paga a 15 céntimos.

La crisis está siendo dura con las telecomunicaciones especialmente en España. Rebajar los mensajes de móvil en roaming no es un plato de gusto, pero afecta a unos 100 millones de mensajes al año sumadas todas las compañías españolas. Tocar los precios de los SMS nacionales afecta a 8.800 millones de mensajes.

Las compañías recuerdan que el precio medio real de los mensajes en España no son 15 céntimos de euro por mensaje, como dice la tarifa oficial. En la media entran los mensajes de los bonos mensuales, ofertas, etc. a las que cada vez se acoge un mayor número de clientes. En cualquier caso, el precio medio de los SMS nacionales (11,31 céntimos de euro según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones)estaba en el último trimestre de 2008 por encima delmáximo impuesto por Bruselas.