Este artículo se publicó hace 15 años.
Silencio, John Cage toma la palabra en el MACBA
La muestra repasa la evolución del artista y su huella en el arte contemporáneo
Una caja de cartón llena de sobres con pequeñas partituras y tornillos abre la mayor muestra dedicada a John Cage (1912-1992) desde su muerte. Bajo el título La anarquía del silencio. John Cage y el arte experimental, el montaje plasma la evolución de este músico, filósofo y escritor norteamericano, que se convirtió en una de las influencias más relevantes del arte contemporáneo. Su disciplina inicial fue la música, pero la voluntad de romper las convenciones le abrió las puertas a la danza y el cine.
Las salas que el MACBA dedica a la exhibición están llenas de partituras originales del artista. En un recorrido cronológico, las primeras pertenecen a las composiciones de los años treinta que dan paso a las relativas a su teoría del silencio, que desembocó en una obra multimedia cargada de mensajes políticos.
"Lo escuchaba todo y se pasó la vida negociando con lo que le molestaba"
"Cage descubrió un nuevo paradigma de la práctica artística, aportó la noción de tiempo, de duración", afirma la comisaria Julia Robinson. "Lo escuchaba todo y se pasó la vida negociando con lo que le molestaba", añade. Frente a un piano Steinway de cola negro, Robinson explica que Cage realizó la preparación "para una composición que necesitaba muchos instrumentos de percusión en el escenario, pero cómo no le cabían, optó por colocar tornillos en las cuerdas del piano para darle un sonido percusivo".
La obra abiertaLa exposición dedica una importante sección al diálogo que mantuvo Cage con otros artistas. En primer lugar con Marcel Duchamp, pero también con Robert Rauschenberg y Andy Warhol. La muestra incluye pinturas, piezas sonoras, esculturas, fotografías e instalaciones multimedia de todos ellos.
"Planteó la posibilidad de cambiar la manera de pensar"
Cage, antiguo alumno de Schönberg (hasta que el maestro le expulsó), se separó de la tradición cuando empezó a buscar la obra abierta. "Mi función es abrirle los oídos a la gente, abrir nuestros oídos a todos los sonidos existentes", afirmó Cage en su día. Prueba de sus intenciones es la composición 4:33, que pretende que el oyente repare en los sonidos y silencios que lo rodean.
La instalación Leicture on weather (1975) cierra el recorrido. En ella se suceden imágenes y sonidos meteorológicos y se escucha la voz de Cage diciendo: "Espero que un día los EEUU sean como cualquier país, ni más ni menos". La carga política se fue filtrando en su obra, las corrientes anarquistas calaron en él. "Cage sigue vigente porque plantea la posibilidad de cambiar la manera de pensar. Y en un momento de crisis intelectual la gran pregunta es si somos capaces de reconstruir una nueva vanguardia que reinvente los lenguajes de expresión", zanjó Chus Martínez, conservadora del MACBA.
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