Este artículo se publicó hace 15 años.
El show televisivo de la violencia de género
Los expertos en comunicación afirman que los 'talk shows' y los programas del corazón alimentan el sexismo
Catorce de diciembre de 1997. Ana Orantes es asesinada por su marido. Unos días antes había estado en un programa de televisión contando su pesadilla. Por primera vez, España se da cuenta de los miles de mujeres que son torturadas en su propia casa; pero también del papel que juegan los medios de comunicación en la construcción de la violencia.
Pilar López Díez, especialista en comunicación y género, explica que, en los últimos años, la prensa ha dado "un paso de gigante respecto a los contenidos de violencia de género", aunque advierte de que no ha sucedido lo mismo en los talk shows o la prensa del corazón, donde persiste la idea de que la audiencia no especializada quiere tripas y sexo.
Algunos programas sólo las muestran como objeto sexual, víctima o malvada
De hecho puede que así sea. Cada tarde, entre dos y tres millones de españoles, principalmente mujeres, se sientan frente al televisor para ver El Diario (Antena 3), un programa poblado de individuos que no conocen la línea divisoria entre lo público y lo privado, y que cuentan, bajo los focos, sus miserias. Fue en un espacio televisivo como Ese donde Ana Orantes contó sus penas. Días más tarde, su marido la mató. Hace justo dos años, otra mujer, Svetlana, era asesinada por su ex pareja poco después de que éste le pidiera una reconciliación que ella rechazó públicamente.
Este tipo de formatos, cuentan los expertos, dan una imagen estereotipada de las mujeres víctimas, malvadas u objetos sexuales que fomenta que los machistas continúen perpetuando los roles tradicionales de hombremujer.
En uno de los primeros borradores de la subcomisión de Igualdad del Parlamento que está analizando la aplicación de la Ley contra la Violencia de Género, los diputados concluyeron que la "cultura mediática sigue hipotecada por la persistencia de contenidos que legitiman la violencia de género y que se conforman, por ejemplo, en los culebrones o en los llamados talk shows, como un elemento cultural decisivo en torno al sexismo, la instrumentalización del cuerpo de la mujer y la violencia implícita y explícita de género en la relaciones de pareja".
FrivolizaciónEn la web del programa de Antena 3 Dónde estás Corazón (DEC), se explicaba la semana pasada que "Vanesa Martín había pasado por DEC para contar la supuesta paliza que le propinó Pepe Navarro". También narraba que cuando el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, descubrió que Flavia iba a ir a DEC le dijo que, a partir de ese momento, iba a ser una "desgraciada". "Pero, pese a recibir amenazas por parte de Laporta, nuestra invitada ha contado toda la verdad sobre su supuestarelación", añaden.
Las feministas advierten de que frivolizar de ese modo con la violencia, mercadear con los sentimientos o usar el cuerpo de la mujer como un objeto, ya sea en culebrones, talk shows, informativos o publicidad, construye las bases para que aflore la otra violencia, la que sí mata. Se trata de lo que la profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Elvira Altés llama violencia simbólica, es decir, minimizar a las mujeres y relegarlas a ser caricaturas, víctimas o necias.
Poca visibilidadDe cada 10 personas que salen en los telediarios, sólo dos son mujeres, recuerda Altés. Diversos estudios indican que de ese 20%, un tercio son víctimas del tipo que sean; otro, personajes públicos, y sólo el tercio restante son profesionales. Sin embargo, la realidad es muy distinta: "Un 55% de mujeres está presente en la actividad pública", asegura Altés. Por tanto, los medios dan una imagen sesgada del papel que lasmujeres juegan en la sociedad.
De cada 10 personas que salen en los telediarios, sólo dos son mujeresLo que sí abundan en programas como La Noria, de Tele 5, son las mujeres que airean su vida privada. Por ejemplo, Nuria Bermúdez afirmaba que su ex quiere echarlas de la casa a ella y a su hija. En este tipo de programas, cada palabra tiene un precio. Los invitados, hombres y mujeres, cuentan sus gestas y fracasos a cambio de euros. Sin embargo, Altés opina que no se puede culpabilizar a estas mujeres por contribuir a perpetuar ese esquema: "En una relación de dominación, la parte dominada tiende a asimilar los esquemas de pensamiento que el grupo dominador posee".
En este sentido, Altés apunta que los hombres gozan de la discriminación positiva en los medios. La prensa "escamotea el protagonismo masculino como putero, proxeneta, usuario del turismo sexual, violador, maltratador". Esa parte "queda desdibujada, sale sólo a medias". Por todo ello, la Subcomisión de Igualdad recomendará al Gobierno que trabaje con los consejos audiovisuales para que estos actúen. Además, aconsejará a la prensa que actualice sus códigos de autorregulación y libros de estilo.
En el reality Granjero busca esposa, en Cuatro, dos gemelos se pelean estos días ante amigos y familia y "las solteras ya empiezan a enseñar las uñas y los celos", reza su web. Pero la audiencia no apaga el televisor. Al fin y al cabo, dice Altés, "los dioses oscuros que tenemos en el estómago siempre tienen hambre de morbosidad".
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