Este artículo se publicó hace 16 años.
Sexto día de violencia en Grecia, aunque Atenas está en calma
Por Daniel Flynn y Lefteris Papadimas
Grupos de decenas de estudiantes griegos de enseñanza secundaria atacaron el jueves varias comisarías de los alrededores de Atenas con piedras y cócteles molotov, en el sexto días de disturbios contra el Gobierno tras la muerte a tiros de un adolescente.
El centro de Atenas estaba más tranquilo que en los días precedentes, conforme la población regresaba al trabajo tras una huelga general de 24 horas el miércoles, convocada por los sindicatos que se oponen a la reforma de las pensiones y las privatizaciones.
El conflicto arrancó antes del amanecer en Atenas cuando los estudiantes que ocupaban la universidad se enfrentaron a la policía. A media mañana, se extendió a 15 comisarías, desde los lujosos vecindarios del norte a los de clase obrera del sur.
Los datos difundidos el jueves mostraron que las dificultades económicas están afectando a más griegos. El desempleo, especialmente alto entre jóvenes y mujeres, subió al 7,4 por ciento en septiembre desde el 7,1 en agosto, invirtiendo cuatro años de descensos, y los economistas prevén que continúe en alza mientras la crisis global llega a Grecia.
Muchos estudiantes llevaban pancartas donde se leía "¿Por qué?", en referencia a la muerte el sábado por disparos de la policía del joven de 15 años Alexandros Grigoropoulos, que desencadenó la ira de los griegos por la brutalidad policial y las dificultades económicas agravadas por la crisis mundial.
Alrededor de 500 personas asediaron la comisaría central de policía en la ciudad de Tesalónica, en el norte del país, mientras que una multitud se congregó en el puerto occidental de Patras y en la localidad de Ioannina.
Hoy está previsto además una manifestación de la izquierda en el centro de Atenas, y se han anunciado más protestas para el viernes y el lunes, y muchos griegos se preguntaban cuánto más podría continuar el Gobierno en el poder.
"El Gobierno ha demostrado que no puede lidiar con esto. Si la policía comienza a imponer la ley todo el mundo dirá que ha regresado la junta militar", dijo Yannis Kalaitzakis, de 49 años, un electricista. "El Gobierno está entre la espada y la pared".
Muchos griegos están indignados porque el policía de 37 años acusado de matar al adolescente no expresó remordimientos ante los investigadores el miércoles. Dijo que actuó en defensa propia y que indirectamente mató al joven.
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