"Seguiremos tocando la música de la desobediencia civil"
Sabino Ormazabal. Miembro de la Fundación Joxemi Zumalabe. El Tribunal Supremo acaba de absolverle junto a sus compañeros dentro del sumario de 'caso Kas-Ekin-Xaki'
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La trayectoria de Sabino Ormazabal en los movimientos sociales está impregnada desde hace más de 25 años por el compromiso con la no violencia como camino de pensamiento y acción. En el año 2000, el juez Garzón decidió asimilar ladesobediencia civil al terrorismo de ETA en el sumario 18/98. Ahora, 9 años más tarde, tras una primera sentencia condenatoria de la Audiencia Nacional, el Tribunal Supremo ha absuelto a Ormazabal y a sus compañeros de la Fundación Joxemi Zumalabe.
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¿Cómo ha vivido la sentencia absolutoria del Supremo?
Contento y enojado. Contento por la absolución de toda la pieza de desobediencia civil y de la Fundación Joxemi Zumalabe. Enojado porque nos han tenido nueve años secuestrados en el ínterin de una ruleta maléfica. Contento porque se termina para mí una pesadilla. Enojado porque nuestra absolución no repara la injusticia que supone el conjunto del 18/98. Contento porque nueve personas recuperan sus derechos. Enojado porque la ruleta deja una factura gravosa en muchas más familias. Y también por la derechización de una gran parte de la sociedad que ve con absoluta normalidad que se puedan cometer estas tropelías e injusticias gratuitamente.
¿Ha tenido tiempo para leer la sentencia, qué le ha llamado la atención del fallo del Supremo?
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El Supremo realiza un buen número de correcciones a la Audiencia, elimina párrafos y suprime afirmaciones sin pruebas. Dice textualmente que no considera "razonables" varias de las conclusiones de la Audiencia, que ésta realiza "valoración errónea del contenido" de varios documentos, que "ha valorado de manera ilógica la prueba documental y el contenido" de conversaciones telefónicas... Y concluye diciendo que "nos movemos en el ámbito de una posible vulneración del derecho a la presunción de inocencia". Fuerte y claro, ¿no?
¿Qué razones intuye en este cambio en la sentencia?
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Algunas de las razones del cambio podrían estar en la intención de hacer más presentable la tesis de fondo, la de que "todo es ETA", ya que lo de meterlo "todo" en el mismo saco no termina de estar justificado para muchos sectores de acá ni posiblemente en Estrasburgo. Esto, en sí ya acarrea una falla grave en la tesis de que "todo es ETA". Junto a eso está la influencia que haya podido tener el apoyo social recibido. Sobre todo a través de la pieza de la desobediencia civil, mucha gente distinta se ha podido ver reflejada en nuestro espejo, sintiéndose así más concernida por algo que nos afecta a todos, al conjunto de derechos y libertades civiles, empezando por el de la presunción de inocencia.
¿Ratifica o desmonta esta sentencia la asimilación judicial del terrorismoy la desobediencia civil?
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Leo como contestación un par de párrafos de la propia sentencia: "El hecho de que ETA y los miembros de la Fundación pudieran compartir los postulados derivados de la desobediencia civil, no supone por sí solo un elemento de entidad suficiente como para entender acreditada tal relación". ¡También ETA habla de socialismo y no empuran al PSOE por ello! Pero además el Supremo dice lo siguiente: "La desobediencia civil puede ser concebida como un método legítimo de disidencia frente al Estado, debiendo ser admitida tal forma de pensamiento e ideología en el seno de una sociedad democrática".
Durante esta pesadilla de nueve años, ¿qué le ha ayudado a no hundirse?
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En el primer escrito que publicamos desde la cárcel de Soto del Real en el año 2000, redactado por Carlos Trénor, decíamos que nos arrebataban los instrumentos de música pero que no podían quitarnos la música. Cada uno de nosotros componemos nuestra propia música: nuestra manera de pensar y de vivir, el apoyo que suscita en conocidos y desconocidos. Y, desde luego, seguiremos tocando la música de ladesobediencia civil.
¿Se ha visto erosionado en estos nueve años su compromiso con la no violencia? ¿Qué cree que puede aportar aún al campo de la transformación social?
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Durante estos años nos hemos sentido muy identificados con el personaje kafkiano de Josef K en El proceso. Si decidiera rehusar a mis principios habrían conseguido enredarme finalmente como a Josef K. Habrían conseguido forzarme a cambiar de música. Ya bastante nos han retenido en una posición a la defensiva como para que encima reaccionemos como esperan que reaccionemos. Una maquinaria tan poderosa como la que se ha cernido contra una gran parte de la disidencia vasca, incluyendo ahí a la Fundación Zumalabe, no puede ser contrarrestada pretendiendo contraponerle otra maquinaria que quiera jugar en un mismo terreno de terror y dolor. La forma de salirnos de esas reglas de juego es batirnos en otro espacio de confrontación y de dialéctica. En ese sentido, la no violencia es una energía creativa que aporta claves de indistinción entre medios y fines, de serenidad e imaginación, credibilidad y respeto, ética y compromiso, apertura y apoyo mutuo...
¿Qué está haciendo ahora en torno a ese compromiso?
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Está a punto de publicarse un libro que he coordinado, 500 ejemplos de no violencia. Otra forma de contar la historia. La mayoría de los ejemplos están recogidos en suelo vasco, pero se acompañan de un recorrido histórico sobre cómo se han ido incorporando a la práctica conceptos como no colaboración, boicot, desobediencia civil... Me gustaría que fuera una contribución al debate y la reflexión sobre el alcance y los límites que tiene la acción no violenta.