Este artículo se publicó hace 15 años.
Sarkozy lanza un plan urgente frente a los conflictos sociales
Muere un sindicalista tiroteado junto a una barricada en Guadalupe, la isla caribeña francesa
Nicolas Sarkozy sacó ayer la chequera del Estado para intentar desactivar la bomba social francesa con un paquete de ayudas a los hogares modestos. Respondía así a la masiva huelga general del 29 de enero pasado, pero también y sobre todo al conflicto social ya más crudo y urgente en los territorios de ultramar. La isla de Guadalupe lloraba ayer al primer muerto tras un mes de huelga, un sindicalista.
Sarkozy reunió en el Elíseo a los jefes de la patronal y a los líderes de los principales sindicatos franceses, que en enero convocaron a dos millones de manifestantes y huelguistas en apoyo de una plataforma sindical conjunta, la primera elaborada en el país desde 1966.
El presidente habla con líderes obreros y aprueba un paquete anticrisis
En lugar de responder a los puntos de la plataforma, que reclama una subida de salarios por ley, el presidente concretó una serie de promesas para ciertas categorías de la población juzgadas frágiles. Medidas que el Estado adoptará a costa del presupuesto, y sin forzar a las empresas a aumentar sueldos por la vía del principal instrumento que la Administración tiene para ello: el decreto sobre el salario mínimo interprofesional (SMIC).
Para los hogares de clase media-baja, Sarkozy puso sobre la mesa la medida estelar de su dispositivo: suprimir parte de su impuesto sobre la renta. Así podrían ver aligerada su factura fiscal muchas familias modestas, pero con el correspondiente descenso de ingresos para un Estado cuyos déficits ya le valieron ayer una advertencia de Bruselas.
Entre esa reducción de impuestos y las otras medidas barajadas (para los jóvenes parados, para los empleados en paro técnico parcial, para las familias con hijos, para la tercera edad...), los colaboradores del presidente aseguraron que había sacado, a favor de la sociedad y para hacer frente a la crisis, un buen cheque.
Los sindicatos mantienen la huelga convocada para el 19 de marzo
Estimaron que más de 2.600 millones de euros serán inyectados en el poder adquisitivo de la gente modesta. El coste real para los presupuestos públicos se elevaría sólo, dijeron, a más de 1.650 millones.
A última hora de la tarde, el presidente pronunció una "alocución solemne" ante las cámaras de televisión, para decir que "no hay que cometer los errores del pasado". "No saldremos de la crisis aumentando masivamente el salario mínimo" y "hay que proseguir la reforma", insistió.
Escepticismo sindicalLos líderes sindicales salieron extremadamente escépticos de la reunión con Sarkozy, en particular Bernard Thibault, de la CGT, y Jean-Claude Mailly, de Fuerza Obrera. A la espera de una próxima reunión, mantuvieron la convocatoria de una nueva jornada de huelga general en toda Francia, el próximo 19 de marzo.
"Se lo digo a los asalariados: Va a haber que empujar más fuerte para cambiar la situación en el terreno del empleo, de los salarios, e incluso yo diría simplemente en el terreno del respeto que nos deben", clamó Bernard Thibault saliendo del Elíseo.
Sarkozy había programado la reunión de ayer esperando poder celebrarla en frío y lejos de la presión de la huelga. Pero, entretanto, el conflicto social "contra la vida cara" en la isla de Guadalupe se ha envenenado, se está extendiendo a los otros territorios del ultramar francés (Martinica, La Reunión y Guayana), e incluso ha invadido la agenda del Elíseo, donde los sindicatos lo plantearon oficialmente ayer como parte integrante de la negociación global.
Tras la represión de la policía contra los sindicalistas guadalupeños el lunes, los jóvenes han tomado el control de numerosos check-points de la isla sumida, desde hace un mes, en una huelga que era tan molesta para París como pacífica in situ.
Anteanoche, un sindicalista de la coordinadora de huelga murió tiroteado cerca de uno de esos check-points salvajes de la ciudad de Pointe-à-Pitre. La fiscalía acusó de los disparos a jóvenes incontrolados, pero líderes de la coordinadora de huelga exigieron una investigación independiente sobre lo ocurrido.
La ministra de Interior, Michelle Alliot-Marie, dijo en la Asamblea Nacional, que "los pillajes y las violencias no serán toleradas", y anunció el envío inmediato de más refuerzos de la Gendarmería a la isla del Caribe francés.
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