Este artículo se publicó hace 14 años.
Salones de belleza serían promotores de una buena alimentación
Por Lynne Peeples
El consejo del peluquero deconfianza puede tener mucho peso. De hecho, una conversaciónsobre la importancia de comer frutas y verduras durante un cortede cabello o una tintura ayudaría a los clientes a comer mejor ya eliminar los kilos de más.
Las afroamericanas suelen ingerir menos frutas y verduras,hacer menos ejercicio y beber menos agua que las blancas, lo queaumenta el riesgo de obesidad y enfermedades asociadas, comodiabetes y cardiopatías.
Los enfoques comunitarios ayudarían a resolver ese problema,y los salones de belleza serían el lugar ideal para diseminar esainformación.
"El respeto hacia las cosmetólogas en la comunidadafroamericana allana el diálogo y permite compartir experienciaspara resolver preocupaciones de la vida personal, incluida lasalud", dijo la doctora Latasha Johnson, que era estudiante en laSouth Carolina State University, en Orangeburg, durante larealización del estudio.
El equipo de Johnson, de aquella universidad y de la FloridaState University, en Tallahassee, identificó dos salones debelleza en una comunidad afroamericana rural en Carolina delSur.
Durante seis semanas, uno de los salones administró elprograma llamado "Steps for a New You" a clientes selectos, queincluye sesiones motivacionales guionadas, paquetes informativosy kits con muestras. En el otro no se aplicó la intervención.
Las mujeres que recibieron información y materiales en elsalón pasaron de ingerir unas dos porciones diarias de frutas yverduras, según un cuestionario previo, a 3,5 porciones diariasal final del programa. Los expertos recomiendan consumir cincopor día.
Los clientes del grupo de control no aumentaron el consumo defrutas y verduras.
"El salón de belleza es un sitio clave para llegar aaudiencias femeninas cautivas", dijo la doctora AntronetteYancey, de la University of California, en Los Angeles, que noparticipó en el estudio.
"Allí se suele atender a grupos étnicos y se ajustan losservicios a las necesidades de cada uno. Esto ofrece unaoportunidad para entregar materiales con orientación étnica",opinó.
"Los resultados proporcionan otro ejemplo de una vía notradicional para llegar a las mujeres afroamericanas y mejorarsus conductas alimentarias", sostuvo la doctora Yvonne OwensFerguson, de la University of North Carolina, en Chapel Hill, einvestigadora de uno de los primeros programas de promoción de lasalud en salones de belleza.
El equipo coincidió en que se necesita un estudio más grandey de largo plazo para confirmar los resultados.
Si el programa se extiende, Ferguson tiene algunos consejos:"Aprendimos que es importante involucrar a los propietarios delos salones, las cosmetólogas y los clientes en el desarrollo dela investigación", señaló.
Yancey participó en otros proyectos y halló que los másexitosos son aquellos en los que la información está asociada conun punto de acceso, por ejemplo un camión con un mamógrafoestacionado cerca del salón que ofrece información sobre elcontrol del cáncer de pecho.
En el estudio de Johnson, las participantes recibieronmuestras de frutas y verduras. Yancey sugirió llevar lainiciativa un paso más allá y lograr que los granjeros localesofrezcan productos a buen precio a los salones, algo que ellamisma está poniendo en práctica en sus propios programas.
"No siempre se trata de dar información y tener el deseo deacceder a ciertos alimentos", señaló. "También importa si soneconómicos y dónde se pueden comprar", concluyó.
FUENTE: Journal of the American Dietetic Association, juniodel 2010.
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