Aunque este miércoles por la mañana la gente que se encontraba en el aeropuerto de Barajas ya sabía que el ministerio de Fomento iba a fletar aviones desde esa misma noche, la confusión era generalizada. 'No sabemos aún quién podrá viajar', decía Karen. Finalmente, un avión para casi 500 pasajeros con destino Buenos Aires despegó sobre las ocho de la tarde. Al cierre de esta edición, cientos de pasajeros facturaban y recibían sus tarjetas de embarque para vuelos destino Lima y Bogotá con salida prevista durante la madrugada.

'Sólo reclamamos algo por lo que hemos pagado', gritaba una mujer a las afueras de la Terminal a primeras horas de la mañana, donde cientos de personas seguían esperando con sus equipajes. Decenas de ellos cortaron varias veces el tráfico en un intento de llamar la atención. La tensión estuvo a punto de provocar incidentes entre policías y pasajeros.

Dentro del aeropuerto se mezclaban los pasajeros de los vuelos que deberían haber salido lunes y martes con los del miércoles, que se acercaban a la terminal sin saber muy bien qué hacer. Allí seguían Vanessa y Karen. Después de dos días de espera, la indignación se les mezclaba con el cansancio. Otros, como Catalina, repartía entre la gente una lista para que apuntaran su nombre: 'Hay asociaciones de inmigrantes que se han ofrecido a ayudarnos y estamos recogiendo los datos de la gente'.

El Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU) presentó el miércoles una demanda ante la Audiencia Nacional contra Air Comet y sus directivos por presuntos delito de estafa, apropiación indebida e insolvencia punible.