Cómo sacarse el carné de conducir sin ir a la autoescuela
Gabriel Lucas, un madrileño de 30 años, pidió la licencia en Tráfico, adaptó su coche con seis pedales y echó mano de su madre para que fuera su profesora
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A los 30 años, Gabriel Lucas ya ha acabado con uno de esos mitos que parecen asociados a nuestra vida. No es verdad que para sacar el carné de conducir haya que ir, forzosamente, a una autoescuela. Gabriel se lo ha sacado en noviembre por libre. Su profesora fue su madre, que pidió a Tráfico una licencia de aprendizaje, y su vehículo el viejo coche que le regaló su tío, un Honda Accord del 98, al que colocó seis pedales en el mismo taller de Madrid en el que las autoescuelas adaptan sus coches por 550 €. Hoy, a los 30 años, Gabriel ya ha terminado con esta historia que arrancó cuando tenía 19 años. "Entonces ahorré un dinero dando clases particulares para matricularme en una autoescuela", explica. "Saqué el teórico, pero después se me pasó el plazo para presentarme al práctico. Tuve una enfermedad que me lo impidió, pero en la autoescuela no quisieron saber nada, se olvidaron de todo, dijeron que debía volver a pagar toda la matrícula, sólo les importaba el dinero".
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Aquello produjo su indignación y arrancó esta larguísima historia que ha terminado once años después, "porque siempre le iba dando largas", con un hecho sin precedentes. Gabriel se ha sacado el carné sin mediación de ninguna autoescuela. Algo que no ha hecho por una cuestión económica ("me habrá salido por unos 2.500 euros"), sino por "una idea de principios cuando vi que la autoescuela me dejaba tirado de esa manera". Su primera reacción fue la de ir a la Jefatura Provincial de Tráfico en la calle Arturo Soria de Madrid. "Cuando pregunté a los empleados que estaban en ventanilla por la posibilidad de sacarse el práctico por libre se quedaron alucinados, desconocían que existiese esa ley. Pero, al final, dí con la persona indicada y, efectivamente, existía esa orden que te permite sacar el carné por libre. Otra cosa es que sonase extraño. De hecho, en Tráfico me reconocieron que era algo que nadie había solicitado".
En realidad, Gabriel ha sido un pionero. "Yo no quería cambiar las leyes, sino utilizar las que ya existían". Pero en el tránsito también es verdad que él mismo se preguntó si realmente merecía la pena. Las dudas asaltaron su cabeza. "¿Me habré vuelto loco? ¿Qué motivos me empujan a hacer esto? ¿Me va a rentar el tiempo, el dinero y el esfuerzo que estoy invirtiendo?" El caso es que decidió seguir adelante. "No entiendo la vida sin proyectos nuevos". De hecho, admite que su vida ahora, que trabaja para el Ayuntamiento de Madrid, es un desafío desde la infancia. Ha estudiado y terminado la carrera de Ingeniera Informática, ha sido Erasmus en Münich y ahora, que ya se ha independizado del domicilio familiar en Majadahonda, Gabriel sigue pensando que no es como los demás. "No tengo televisión en casa", dice con inaudita naturalidad. Y después explica que, en realidad, él, el mayor de cuatro hermanos, es así. "Son mis principios", matiza.
Gabriel calcula que sacarse el carné por libre le ha costado unos 2.500 euros Quizá por eso su carné de conducir nunca se parecerá al de los demás. "Quería explorar otras vías y poner de manifiesto que hay cuestiones que la sociedad da por hechas que se pueden cambiar para mejorarlas". De hecho, su aprendizaje como conductor fue único por las calles de Madrid. "He dado más clases prácticas y durante más tiempo que las que hubiera dado en una autoescuela". Hoy, al haber sido el único, puede actuar como un erudito en la materia y explicar lo que hace falta: "Lo primero que necesitas es un coche con doble mando, con seis pedales, algo que te pueden hacer en un taller en el que cualquier autoescuela lleva sus coches para que se los adapten". Una vez que tuvo el coche, Gabriel necesitaba un acompañante que, en su caso, fue su madre con una licencia de aprendizaje que tiene ocho meses de duración. "El único requisito es que no haya tenido ninguna multa grave en los tres últimos años y tenga más de cinco años de carné ".
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"Cuando pregunté para sacarme el práctico por libre los empleados deconocían que existiese esa posibilidad"
El último paso consistía en conseguir el seguro lo que no fue fácil. "Ninguna aseguradora privada quería hacerse cargo". Así que no le quedó más remedio que acudir al Consorcio de Compensación de Seguros, "que es la institución pública que se encarga de asegurar lo que las empresas privadas no aseguran". Gabriel lo consiguió por 600 euros, "el doble de precio del mercado". Pero, al final, ante la sorpresa de todos, hasta de los dos examinadores que lo evaluaron (sacó el carné a la segunda), Gabriel Lucas consiguió su carné de conducir. "Quizá me ha costado más dinero que en una autoescuela, pero esto también depende: yo di demasiadas vueltas". Las consecuencias ya se las está planteando. "El seguro no vence hasta agosto y estoy intentando que alguno de mis hermanos se saquen el carné y les bastaría con 100 euros que es lo que valen las tasas de tráfico".
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Así que, desde ahora, ya nadie se debería extrañar si ve algún coche con una 'L' roja. Puede ser gente que siga este ejemplo y que quiera sacarse el carné por libre. Y ese color es el distintivo de una historia que Gabriel no sabe si es una apología del romanticismo. Lo que sí sabe es que se la propuso hacer y la hizo y, desde entonces, tiene una web (www.carnetlibre.com) absolutamente innovadora. Ha sido el único, ha sido el primero...