Rosalía Lloret: "Sólo sobrevivirán los medios amantes del riesgo"

¿Cuánto tiempo les queda a los periódicos de papel?
Yo creo que todavía les queda bastante. Sigue habiendo un grupo de público relativamente grande que se siente muy cómodo con este formato. Y no sólo con el periódico de papel, sino también con el mismo estilo de periodismo que se hace en el papel llevado a otro tipo de plataformas, con la redondez, la jerarquía, con el análisis que te da un periódico de papel, que más que contarte lo que está ocurriendo, que es lo que hace la web, te explica lo que pasó.

¿Funcionarán los modelos de pago de los medios en Internet?
Puede haber modelos concretos de pago. No en Internet, quizá, o combinados con Internet: plataformas digitales o productos digitales por los cuales la gente está dispuesta pagar. Mucho menos en el típico Internet de última hora en el que la competencia es brutal y es mucho más difícil ofrecer productos lo suficientemente diferenciados como para cobrar, pero sí quizá otro tipo de productos más vinculados con un periodismo de mayor calidad, de mayor profundidad, de mayor análisis, de mayor carga editorial también... por el cual alguna gente está dispuesta a pagar, porque al fin los medios comparten su visión de la realidad con este público.

¿Tienes un iPad o un dispositivo similar? ¿Crees que se convertirán en una nueva vía de ingresos para los periódicos?
Tengo un iPad y sí, creo que ofrece una serie de factores que permite ese periodismo más reposado, más analítico y profundo en una plataforma que se utiliza mucho más para esa lectura más tranquila, similar a la que ofrecía el periódico de papel.

"Hay que ir a la calle virtual tanto o más de lo que se va a la calle física para recoger historias" ¿Crees que las redes sociales están cambiando o cambiarán la forma de hacer periódicos y el periodismo?
Las redes sociales han cambiado mucho la forma de hacer periodismo. De alguna forma los periódicos siempre fueron medios de transmisión de la sociedad, como ahora son las redes sociales. La diferencia es que antes la capacidad de ser medio de comunicación, la capacidad de ser intermediario de la conversación social, estaba sólo en manos de unos pocos, y ahora en las redes sociales son muchos: la conversación es completa, es mundial, entre todo el público y los propios periodistas. Eso hace que los periodistas necesiten estar en la conversación mucho más allá de lo que ya estaban. De alguna manera las entrevistas, el uso de fuentes... era una forma de entrar en la conversación; ahora tiene que ser mucho más: ir a la calle virtual tanto o más de lo que se va a la calle física para recoger historias.

¿Qué deben hacer los medios tradicionales para sobrevivir en este entorno tan cambiante y hostil?
Los medios, al igual que todos los actores este nuevo entorno, en este nuevo ecosistema en el que hay tanta competencia, tienen que buscar la diferencia. Hay que encontrar el valor añadido que de verdad tú puedes aportar, cuál es tu diferencia, qué es lo que tienes que no tienen los demás y enfocarte en eso. No se trata de copiar a las redes sociales, copiar a Google o copiar a otros actores. Hay que hacer lo que ya hacen los medios de comunicación pero mejor todavía, mucho más integrados en la conversación y buscando nuevas fórmulas, nuevas formas de contar historias, nuevos productos que les interesen a los lectores. Experimentar y experimentar, fallar muchas veces y acertar otras tantas... espero.

¿Qué pregunta que te tendría que haber hecho no te he hecho?
Es una pregunta muy difícil [risas]. Quizá sería interesante una pregunta relacionada con quienes van a quedar, quiénes van a ganar o perder en esta batalla con miles de actores. Creo que perderán muchos: por el camino van a caer medios grandes y pequeños, de los nuevos y de los viejos. Acertarán los que sean capaces de afrontar el cambio, quienes sean capaces de encontrar esa diferencia, el valor añadido que ellos pueden aportar, se puedan enfocar en ello y sean amantes del riesgo, amantes de la experimentación... y al final encuentren el producto perfecto.