Este artículo se publicó hace 12 años.
Respuesta masiva y unitaria en la calle a los recortes de Rajoy
Cientos de miles de personas se manifiestan en más de ochenta ciudades de toda España. Las centrales anuncian más movilizaciones en agosto. El PSOE envía a la marcha de Madrid una delegación de perfil bajo.
La respuesta fue masiva, unitaria y pacífica. Cientos de miles de personas llenaron este jueves las calles y plazas de más de ochenta ciudades en toda España. Todo ello, con el único objetivo de demostrar al Gobierno de Mariano Rajoy que la ciudadanía no va a quedarse de brazos cruzados ante el mayor ataque al Estado del bienestar de la historia. Sindicatos, partidos políticos de izquierda, organizaciones profesionales, empleados del sector público –fue muy llamativa la gran presencia de policías en todas las convocatorias– y personas indignadas ante el tijeretazo en el gasto social y el asalto a los derechos de los trabajadores mostraron su cabreo con el nuevo paquete de recortes refrendado pocas horas antes en el Congreso con los únicos votos favorables del PP.
Las manifestaciones de Madrid y Barcelona fueron las más numerosas, con 800.000 y 400.000 asistentes cada una, según los sindicatos. La delegación del Gobierno en la capital, que lidera la conservadora Cristina Cifuentes, rebajó esta cifra a 40.000 personas. Sin embargo, la indignación de los que no están dispuestos a ver cómo se sacrifican los servicios públicos tuvo réplicas en todo el país. Así, ciudades como Valencia, Zaragoza, Sevilla o A Coruña también vivieron marchas multitudinarias.
En Madrid más de veinte organizaciones sindicales y sociales, incluido el Movimiento 15-M, secundaron la convocatoria. El PSOE optó por llevar a la marcha una delegación de perfil bajo encabezada por el eurodiputado y miembro de la Ejecutiva socialista Sergio Gutiérrez. Le acompañaron las portavoces de la función pública y de empleo en el Congreso de los Diputados, Meritxel Batet y Concha Gutiérrez, así como otros diputados y senadores. Sí asistió la plana mayor de IU, encabezada por su coordinador federal, Cayo Lara, que marchó con una amplia representación de las direcciones federal y madrileña y varios parlamentarios.
Antes del inicio de la manifestación, los convocantes explicaron en una rueda de prensa sus motivos para la protesta. En esta misma comparecencia, los sindicatos anunciaron que este será no será un verano vacío de convocatorias. "Va a haber movilizaciones en agosto. Las iremos anunciando", aseguró el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, que dijo que depués que centrales y organizaciones sociales están promoviendo una cumbre social para julio. Además, Toxo volvió a exigir a Rajoy que someta su último paquete de medidas a un referéndum. De no hacerlo, aseguró el líder sindical, las organizaciones se verán abocadas a dar más pasos en la defensa del empleo y el Estado social.
Por su parte, su homólogo en UGT, Cándido Méndez, aseveró que el Gobierno de España "está tomando medidas contra España" y censuró la política "suicida" de la Unión Europea. Asimismo, señaló que "tan duros como los recortes" son las "descalificaciones" que, desde el Gobierno, se están vertiendo sobre parados o funcionarios. "Hay motivos suficientes para seguir esgrimiendo el descontento por canales pacíficos y multitudinarios", animó.
Al contrario de lo que suele ser habitual en este tipo de convocatorias, no hubo palabras de los secretarios generales de CCOO y UGT en la Puerta del Sol de Madrid. Los escritores Benjamín Prado y Marta Sanz fueron los encargados de leer un manifiesto en el que censuraron el "cinismo insuperable" del Gobierno que, primero "presumió de no dejarse presionar por los mercados financieros" y, quince días después, acudió "raudo" a "cumplir las exigencias de Bruselas".
Aunque fuera por algunas horas, atrás quedaron también las retitencias entre los diferentes colectivos y sindicatos de izquierda. De manera inédita, aseguran fuentes sindicales, los logos de los principales sindicatos de clase lucieron en la cabecera de la marcha de Madrid junto a organizaciones sectoriales como el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Unión Federal de Policía (UFP), la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) o la Unión de Actores. La anarcosindicalista Confederación General del Trabajo (CGT) decidió finalmente retirar su emblema de la cabecera de la marcha de Madrid al no estar de acuerdo "por definición" con algunas de las organizaciones que estaban detrás de la lona.
Sí estuvieron representados en esa pancarta la Confederación Europea de Sindicatos (CES) o el CSI-F, organización que tiene altas cotas de afiliación en la función pública, uno de los colectivos más afectados por las medidas del Gobierno del PP. También el 15-M se unió a las marchas, aunque no marchó tras esa misma pancarta.
Además, este jueves también quedó constituida una plataforma integrada por sindicatos y asociaciones profesionales de empleados públicos, entre ellos CCOO y UGT, con el objetivo de luchar contra las "agresiones sin precedentes" que, a juicio de sus integrantes, el Gobierno está cometiendo contra la ciudadanía en general y el sector público en particular. La plataforma fijará su calendario de acciones en una reunión que se celebrará el próximo 24 de julio.
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