Las rentas del trabajo ya superan el 80% en el IRPF
Los trabajadores declaran una media de 19.359 euros anuales de renta, frente a los 8.275 euros que declaran los empresarios. Cerca del cuarenta por ciento de los declarantes del impuesto son mileuristas.
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El Impuesto sobre la Renta recae cada vez más en las espaldas de los que cobran una nómina. Las rentas del trabajo ya suponen más del ochenta por ciento de la base imponible (los ingresos que se declaran, una vez realizadas ciertas reducciones) en el IRPF. Concretamente, representan el 80,5%, según los datos correspondientes al ejercicio de 2009, recogidos en la última Memoria de la Administración Tributaria, publicada hoy por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
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De media, se declararon 19.359 euros por rentas del trabajo, frente a los 8.275 euros que se presentaron de media por actividades económicas, donde se incluyen los empresarios (especialmente, los que tributan por el sistema de módulos, con una renta media declarada de 5.461 euros). Las actividades económicas suponían ese año el 6,1% del IRPF, cuando dos años antes suponían el 8%.
Por su parte, los rendimientos del capital (por ejemplo, intereses o alquileres) suponen el 8,4% del Impuesto sobre la Renta (en 2008 eran el 8,3%).
Según los datos de la Memoria de la Administración Tributaria, en 2009 hubo 19.315.353 declarantes del impuesto, apenas un 0,4% menos que en 2008; en esta cifra todavía no se notan los efectos de la crisis, aunque ese año ya se perdieron 1,2 millones de empleos. La crisis sí se dejó sentir en la cuota íntegra del IRPF ( la cantidad a pagar a Hacienda, antes de aplicar deducciones, como la de compra de vivienda), que fue de 73.606 millones, un 2,5% menos que en el ejercicio anterior (casi dos mil millones menos).
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Un 37,9% de los contribuyentes eran mileuristas, esto es, presentaron bases imponibles de hasta 12.000 euros. A ellos habría que añadir hasta un 19,9% más de declarantes que se encontraban en una horquilla de entre 12.000 y 18.000 euros de base imponible. Son casi el sesenta por ciento de los contribuyentes del impuesto; concretamente, son el 57,8%.
Sin embargo, su aportación a la recaudación del impuesto es más limitada. Los contribuyentes con una base imponible de hasta 18.000 euros suponían el 11,4% de la cuota íntegra, unos 8.385 millones de euros. Los contribuyentes con unos ingresos de hasta 12.000 euros tienen una cuota media de 541 euros, y entre 12.000 y 18.000 euros, de 1.645 euros.
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En el otro extremo, un 0,7% de los contribuyentes del IRPF presentan ingresos superiores a los 120.000 euros; de estos, 6.850 contribuyentes tienen una base imponible de más de 600.000 euros. Estos contribuyentes aportan el 14,% de la recaudación, es decir, 10.657 millones.
En 2009, según la Memoria de Hacienda, 5,96 contribuyentes se aplicaron la deducción por compra de vivienda, que restó un total de 4.699 millones a las arcas pública. De media, se desgravaron 788 euros (la deducción máxima posible es de unos 1.300 euros).