Este artículo se publicó hace 13 años.
El Rayo asciende a Primera División en su año de calvario
El empate del Elche ante el Celta de Vigo deja el Rayo en Primera División, a expensas de que el CEDD resuelva el recurso del Granada, en un año que no fue nada fácil para los hombres de José Ramón Sandoval, que vivieron meses de impagos y el cambio de propietario en el club.
Tras ocho años alejados de la primera división, con cuatro en el infierno de la Segunda División B, y tras un último año en el que salvó el descenso de nuevo a la categoría de bronce en la última jornada, el equipo comenzó esta temporada con el objetivo de ir partido a partido.
Uno de las grandes artífices del éxito rayista es su entrenador, José Ramón Sandoval.
Después de tres años con el filial del Rayo Vallecano, en el que salvó al equipo del descenso a regional y al que ascendió a Segunda B, debutó en el fútbol profesional con un equipo en el que se mezcló veteranía y cantera, y los resultados pronto comenzaron a llegar, para sorpresa de muchos.
En este equipo comenzaron a destacar nombres como Cobeño, portero titular al inicio de la temporada que dio paso a Dani; Coke, Javi Fuego, Movilla, quien a sus 36 años está viviendo su segunda juventud; Trejo, Piti, Armenteros, el máximo anotador del equipo, o Aganzo, el ariete titular, que ha sonado muchas veces para primera.
Y todo lo consiguieron en un particular 'annus horribilis'. Los problemas para algunos comenzaron allá por el mes de noviembre. Los jugadores dejaron de cobrar, algo que no se hizo público hasta enero de este año con la declaración de situación de preconcurso de acreedores de diez de las empresas de Nueva Rumasa, entre ellas el club vallecano.
Pero algunos no se extrañaron, puesto que ya en la temporada pasada hubo impagos, y a principios de ésta hubo una renegociación del pago de las nóminas para que los jugadores cobraran menos.
Los jugadores tuvieron que tirar de profesionalidad y rabia interior para mantener el nivel. Todo eran malas noticias desde el exterior del club, mientras desde la familia Ruiz Mateos las promesas no se cumplían y se repetían las peticiones de paciencia y confianza.
La afición se movilizó y pidió de todas las formas posibles la marcha de la familia del club.
Finalmente se hizo necesaria la venta, y tras ver a casi una veintena de interesados, la familia Ruiz Mateos decidió traspasar sus acciones a Raúl Santiago Martín Presa, de 34 años, y con negocios en las artes gráficas y la publicidad.
Pese a las dudas de la afición, el nuevo propietario está cumpliendo con los primeros pagos al equipo y promete grandes esfuerzos por la solvencia económica del club. Pero es mucho el trabajo a realizar. El primero cubrir la deuda del club, alrededor de 40 millones de euros, y levantar los embargos vigentes sobre los ingresos por taquillas y televisiones, algo que aún está negociando con Hacienda.
Mañana juega el equipo ante el Xerez y se prevé una gran fiesta del equipo y afición. A falta de la resolución sobre el recurso interpuesto por el Granada, que reclama alineación indebida del Barcelona B en el partido que enfrentó a ambos, el Rayo es otra vez de Primera, ocho años después.
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