Este artículo se publicó hace 14 años.
Quinta expulsión de una argentina en Barajas
Otra mujer del país suramericano es retenida seis horas en el aeropuerto de Madrid
Por quinta vez en una semana, las autoridades españolas han deportado a Argentina a un ciudadano de ese país suramericano desde el aeropuerto madrileño de Barajas. El último caso se conoció ayer mismo. La argentina Nadya Quiroga, estudiante de Derecho de 25 años, aterrizó en Barajas el pasado domingo. Su plan era pasar un par de meses en Alemania, pero su viaje terminó abruptamente en Madrid.
Quiroga fue detenida en el aeródromo, donde debía hacer escala antes de tomar otro vuelo a Múnich. El departamento de Migraciones le impidió proseguir su viaje, y la retuvo durante 41 horas antes de mandarla de vuelta a Argentina. Se trata del tercer caso de expulsión que se denuncia desde Argentina en los últimos días, aunque en realidad, fueron cinco las personas deportadas en la última semana.
La joven presentó en Madrid la carta de invitación de la familia alemana que la iba a hospedar durante su estancia, pero las autoridades españolas rechazaron el documento porque no estaba certificado. El consulado alemán en Argentina, en cambio, le había confirmado que la misiva era legítima. La chica fue enviada a una sala de Barajas, en donde también se encontraban retenidos otros viajeros procedentes de Nigeria, Senegal, Argelia, Nicaragua, Venezuela, Paraguay y EEUU. "Estuvimos todos juntos y nos acompañamos en la incertidumbre, en la agonía y en la inseguridad jurídica que estábamos viviendo", relató Quiroga a Público.
La estudiante no ha tenido por ahora ninguna noticia del consulado español, pero ya está consultando su situación con abogados de derecho internacional. "No tengo nada que decir contra los españoles", indica. "Sí contra el sistema de la Unión Europea y con la información que ellos manejan. Lo que yo quiero es que las autoridades pertinentes pongan las reglas claras a nivel internacional, y que se maneje una información pública, correcta y veraz para que ningún ciudadano del mundo vuelva a sufrir lo que nos tocó a nosotros", denunció.
El último caso, resueltoRocío Colina se convirtió ayer en la última víctima de esta situación. Es argentina y regresaba a España con su mujer, Raquel, de nacionalidad española, desde Buenos Aires. Cuando aterrizaron en el aeropuerto, Raquel pasó los controles de migración, pero ella estuvo retenida en la sala de inadmitidos de Barajas durante más de seis horas. Al final, consiguió arreglar el desaguisado y pudo entrar en Madrid. Eso sí, pendiente todavía de regularizar correctamente sus papeles.
Fuentes oficiales del Gobierno argentino declararon ayer a este diario que llevan "luchando con esta realidad desde hace años". "Espero que encuentren una solución de una vez por todas. Hay que cambiar la normativa", sentenciaron dichas fuentes. Y añadieron: "El perfil de un argentino que lleva tiempo sin ver a su familia y que viene a España a pasar unos meses con los suyos no es el mismo que el de otro turista que viene 15 días a Europa a recorrer varias capitales".
Además, tanto estos representantes del Ejecutivo argentino como distintas ONG consideran "absurdas" las medidas burocráticas necesarias para tramitar la carta de invitado. "Se tarda meses en poder invitar a alguien porque ponen todo tipo de trabas", denuncian.
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