El PSOE reprocha al PP que utilice a ETA para desgastar al Gobierno

Pese a que sus dirigentes afirman que apoyan la política antiterrorista del Gobierno, el PP ha hecho del caso Faisán y de la publicación de las actas de ETA un ariete electoral para tumbar al Gobierno. De la lucha antiterrorista, los conservadores parecen haber pasado a la lucha partidista, algo que en el PSOE causa gran indignación y un punto de estupor. 

Algunos dirigentes socialistas consideran que detrás de esta ofensiva hay algo más que la intención de desacreditar al Gobierno: el verdadero objetivo es desprestigiar al vicepresidente Rubalcaba como posible sucesor de Zapatero. Eso es lo que piensan Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura y José Bono, presidente del Congreso de los Diputados. 

Preguntado Bono en los pasillos del Congreso sobre si cree que existe esa estrategia, respondió que a la vista de "cómo preguntan, quién pregunta" en las sesiones de control, "la respuesta es verde y con asas".  Vara cree que lo que pretende el PP es "aprovechar" este asunto ahora "que se habla" de Rubalcaba "como posible sustituto en la candidatura a la presidencia" del Gobierno.

Pero entre los socialistas indigna más que el PP utilice el terrorismo como arma electoral. En sus declaraciones Bono reiteró que el terrorismo "no debería ser objeto de lucha partidista y deberíamos entendernos mucho más de lo que a veces ocurre". Sobre todo, precisó, porque ETA "se alegra" cuando PSOE y PP se enfrentan.

Fernández Vara, que calificó de "vil" la actitud del PP, fue un poco más allá y sacó a relucir algunos datos para poner negro sobre blanco la aparente contradicción en la que incurre el PP. Así, Vara recordó que bajo el Gobierno del PP "se excarcelaron a 135 presos, se acercaron a 185" y "no se detuvo a ninguno", mientras que durante la tregua con el Ejecutivo de Zapatero "no se han acercado presos" y "no se han producido excarcelaciones, más allá de las que marcaban los tiempos de cumplimiento de condenas", al tiempo que "se han detenido muchos etarras".

Vara: "Me parece vil e inaudito que se esté utilizando el terrorismo como elemento de confrontación política"

Pero ninguno de esos mensajes detiene el ardor guerrero del PP. Pese a que su presidente, Mariano Rajoy, prefiere mantenerse en un segundo plano y de momento no ha dicho nada sobre el asunto, otro dirigentes sí que lo han hecho. El último ha sido Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, quien en una entrevista en la cadena Cope apuntó directamente a Rubalcaba como máximo responsable del caso Faisán: "Si los hechos se acreditan, y parecen que están acreditados, asumidos y reconocidos, es poco creíble pensar que una decisión de esa naturaleza la pueda tomar un funcionario por muy cualificado que esté".

"Son decisiones que se impulsan o se consultan al menos claramente con quien tiene la dirección política de la lucha contra el terrorismo. Es un caso muy grave pero está en vía judicial y hay que respetar lo que hasta ahora ha sido un trabajo impecable por parte del titular del juzgado de instrucción de la Audiencia Nacional", zanjó el alcalde.

La respuesta desde el Gobierno ha sido contundente. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, afirmó este jueves que el PSOE podría haber usado "el papel" de ETA para "lesionar" al Gobierno del PP, pero señaló que han roto "simbólicamente las actas de la negociación de 1999". Además, pidió a los conservadores que no pongan al "Gobierno en el banquillo" con ETA "como testigo".

"El PSOE jamás ha usado el papel de ETA o ninguna información de la banda para lesionar el gobierno del PP". "Nunca hemos hecho una política partidista con el proceso de paz y la lucha antiterrorista y sería bueno que el PP hiciera lo mismo", indicó Jáuregui.

El último en sumarse al coro de voces críticas contra el PP ha sido José Blanco. Haciéndose eco de la expresión utilizada el miércoles en el Congreso por Rubalcaba, el vicesecretario general de los socialistas y ministro de Fomento instó a  la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, a que diga a sus diputados que dejen de llevar a la Cámara Baja la "bazofia de ETA".

Si Sáenz de Santamaría pide a su grupo que deje de recurrir a ETA en el debate en la Cámara, dijo Blanco, "sería desde luego un síntoma inequívoco de su lealtad y de su compromiso con el pacto antiterrorista".