Las promesas de Mubarak no convencen a los egipcios
La dimisión del Gobierno egipcio no es suficiente para los manifestantes. El presidente empieza a nombrar al nuevo Gabinete. Designa a Omar Suleiman, su hombre de confianza, vicepresidente y al general del aire Ahmad Shafiq primer ministro
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Tras cuatro días de protestas, los manifestantes egipcios no tienen la intención de que todo termine en un lavado de cara. Con el ejemplo de Túnez cercano, la dimisión del Gobierno de Egipto anunciada ayer por Mubarak y ejecutada este sábado no ha surtido efecto alguno en los ciudadanos que siguen en las calles pese al toque de queda, la presencia del Ejército y las promesas de cambio.
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Hosni Mubarak, en el poder desde 1981 y cuya renuncia piden los manifestantes a gritos desde el pasado martes, anunció poco después de esta medianoche que un nuevo Gobierno sería formado. Un discurso que ha sido calificado de "insulto" por el Nobel de la Paz Mohamed el Baradei.
"He ordenado que renuncie el Gobierno y que sea formado otro, para que adopte nuevas funciones", afirmó Mubarak en su mensaje. El dirigente egipcio ha asegurado ser consciente de las demandas de reformas políticas, sociales y económicas que han llevado a los ciudadanos a salir a la calle, pero ha insistido en la necesidad de mantener la seguridad bajo control.
Poco después de esas declaraciones, el presidente egipcio ha empezado a rodearse de militares. En primer lugar, ha nombrado al general Omar Suleiman, hombre de confianza, director de los servicios de Inteligencia del país y considerado el jefe de espionaje más importante del mundo árabe, como nuevo vicepresidente, cargo que hasta ahora estaba vacante desde que Mubarak asumiera el poder.
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Suleiman es considerado como uno de los principales confidentes de Mubarak
Suleiman, nacido en Qana (sur de Egipto) hace 74 años, es considerado como uno de los principales confidentes de Mubarak y un aliado esencial de los servicios de Inteligencia occidentales tras los atentados terroristas de septiembre de 2001. Durante los últimos años, además de su tarea al frente de la Inteligencia egipcia, también se ha desenvuelto como representante del país en las negociaciones de mediación para el conflicto de Oriente Próximo.
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Analistas de la cadena de televisión Al Yazira apuntan que, con esta decisión, Suleiman se convierte en el candidato más probable para suceder a Mubarak al frente del país, por delante del hijo del presidente, Gamal.
Posteriorme, Mubarak nombró al general del Aire Ahmad Shafiq, hasta ahora ministro de Aviación Civil, primer ministro y le ha encargado la tarea de formar el nuevo Gobierno. Shafiq reemplaza en el cargo a Ahmed Nazif, que esta tarde presentó su renuncia.
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Y es que, las promesas del presidente no han convencido a los manifestantes que en ningún momento han abandonado las protestas. Centenares de egipcios continúan en el centro de El Cairo, especialmente en la plaza Tahrir, tomada por el Ejército después de los violentos disturbios de ayer, que forzaron al Gobierno a decretar el toque de queda.
Durante la mañana del sábado la policía que custodia el Parlamento de Egipto hizo varios disparos al aire para intentar dispersar a un grupo de personas que pretendía irrumpir en el complejo, informaron fuentes de los servicios de seguridad. Al estar el Parlamento bicameral cerca de la plaza Tahrir, surgió la alarma por la posibilidad de que la policía hubiera vuelto a ese lugar, donde en los últimos días se han producido duros enfrentamientos entre manifestantes y agentes policiales.
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Asimismo, al menos tres personas han muerto por disparos de la Policía durante el intento de asalto realizado por algunos manifestantes contra la sede del Ministerio del Interior en El Cairo, según informó Al Yazira. La multitud de más de 50.000 personas congregada en la plaza Thahrir de El Cairo, cerca del Ministerio, ha transportado en volandas lo que parecía ser el cuerpo sin vida de uno de los fallecidos a modo de procesión funeraria, tal y como se ha podido ver en las imágenes difundidas por la cadena.
En la segunda ciudad del país, Alejandría, habría otras 50.000 personas en la calle, otra vezsegún Al Yazira, y también hay manifestaciones masivas en otras ciudades como Suez. Las protestas se han cobrado la vida de al menos 74 personas, según el último balance proporcionado por fuentes médicas
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Ademas, varios grupos de manifestantes han conseguido entrar en el museo arqueológico de Egipto y han destruido dos momias de la época faraónica, según informaron fuentes del museo a la televisión estatal. El museo, poseedor de la mayor colección del mundo de antigüedades de la época de los faraones, se encuentra al lado de la sede general del Partido Nacional Democrático de Hosni Mubarak, incendiado durante las protestas contra el presidente egipcio.
"Hay una línea muy estrecha entre la libertad y el caos", dijo Mubarak en su alocución de anoche. "No toleraré el caos. El saqueo, los incendios, las barricadas no cumplen con las expectativas de la juventud egipcia", ha dicho Mubarak en su discurso televisado, en el que también ha asegurado que seguirá adelante con sus reformas porque estas "no tienen marcha atrás".
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Es la primera vez que Mubarak aparece ante los medios desde que se desataron las protestas contra su gobierno, que este viernes, en una de las jornadas más sangrientas, se ha cobrado la vida de una veintena de personas y ha dejado miles de heridos.
Durante su alocución, el presidente egipcio no ha dicho nada sobre si dimitirá, como muchos esperaban. En las últimas horas se había especulado con la posibilidad de una posible renuncia de Mubarak, más aún cuando la NBC informaba de que tres aviones con fuerte escolta oficial despegaban del aeropuerto de El Cairo, al tiempo que se iba a producir una declaración del presidente del Parlamento egipcio.
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Tras el anuncio, Mubarak ha recibido la llamada del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quién le ha pedido -ha asegurado- que no reaccione violentamente contra las protestas.
En la plaza Tahrir (Liberación, en árabe), epicentro de las protestas de los últimos días, centenares de personas, en su mayoría hombres jóvenes, continuaban apostados tras una noche en vela y dialogaban con los soldados.
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Anoche, después de que Mubarak ordenara al Ejército que apoyara a la Policía para garantizar la seguridad, los militares fueron aclamados por los miles de egipcios que continuaban en la calle a pesar del toque de queda. El centro de El Cairo amaneció hoy con claros signos de los disturbios de la víspera, que acabaron, sólo en la capital, con una veintena de muertos.
Los egipcios han ignorado el toque de queda y permanecen en la calle
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En la céntrica plaza Abdel Menem Riad, donde ayer perecieron cuatro personas, dos microbuses y una furgoneta de la policía estaban calcinados. También en los alrededores del Museo Egipcio, que conserva las restos arqueológicos más importantes de este país, y en la avenida Ramsés, al menos media docena de vehículos, una tanqueta y un coche policial estaban quemados, informa EFE.
Otras zonas de la ciudad también mostraban signos de la violencia, los saqueos y los incendios de anoche, como la avenida Al Haram, que comunica con las pirámides de Giza, que amaneció custodiada por militares y grupos de jóvenes que controlaban el tráfico y manteniendo la seguridad, armados con bastones.
Entre los establecimientos saqueados figuran los casinos Al Lail y El Andalus y el hotel Europa, mientras que una comisaría recién restaurada había sido incendiada.
Asimismo, centenares de personas esperaban algún medio de transporte ante la falta de autobuses públicos, en medio de una ausencia total de las fuerzas antidisturbios, que ayer copaban esa importante vía. En la Plaza de Giza, la principal de esa zona, se podía ver una fila de unos ocho camiones de transporte de fuerzas antidisturbios incendiados.