Este artículo se publicó hace 14 años.
Probióticos: ventajas y desventajas en niños según academia EEUU
Por Karla Gale
La Academia Estadounidense dePediatría (AAP) afirma que los probióticos pueden ayudar a losniños sanos cuando tienen un virus estomacal o están tomandoantibióticos.
El informe de la AAP, publicado en la edición en internetde la revista Pediatrics, señala además que no existenevidencias científicas que respalden la efectividad de losprobióticos con otras enfermedades infantiles. Es más, hastapodrían ser peligrosos para algunos niños.
"El mensaje de nuestra revisión es que, en general, losniños no necesitan probióticos", dijo el doctor Frank R. Greer.Por otro lado, indicó que "no hay evidencias de que dañen" alos bebés y los niños sanos.
Aun así, agregó que no se les deberían dar probióticos alos niños inmunocomprometidos, con enfermedades crónicas o condispositivos médicos implantados porque se han informado casosde sepsis por el uso de probióticos.
Antes de redactar el informe, el equipo de Greer, de laUniversity of Wisconsin, en Madison, revisó la literaturapublicada, realizó consultas con otras entidades de la AAP yrecibió comentarios de los Centros para el Control y laPrevención de Enfermedades, los Institutos Nacionales de Salud,el Departamento de Agricultura y la Administración de Alimentosy Medicamentos de Estados Unidos.
La revisión halló evidencias que sugieren que losprobióticos (en especial el Lactobacillus rhamnosus GG a dosissuperiores a 10.000 unidades formadoras de colonias) reduciríanun día la duración de la diarrea de origen viral. Losprobióticos no son muy útiles para la prevención, aunque losautores opinan que la nueva vacuna pentavalente para elrotavirus será una estrategia profiláctica más efectiva.
En cambio, los probióticos se pueden usar para prevenir ladiarrea por el uso de antibióticos, pero no para tratarla.
Por ahora, la AAP no los recomienda usar en bebés y niñospara prevenir la enterocolitis necrotizante en prematuros conmenos de 1.000 gramos de peso al nacer, enfermedad de Crohn,síndrome de colon irritable, constipación, infeccionesextraintestinales, infección por H. pylori, colitis ulcerosacrónica, cólicos infantiles o alergias.
Los autores sostienen que, además de las dudas sobre lasaplicaciones clínicas de los probióticos, no hay certeza decuál debería ser la duración óptima de su uso ni de las dosis olas especies indicadas.
La AAP analizó también los beneficios potenciales de losprebióticos, ingredientes de los alimentos que no se digieren,como los oligosacáridos, la fibra y los nucleótidos, queestimulan selectivamente el crecimiento o la actividad de lasbacterias probióticas indígenas.
"La leche humana es el mejor prebiótico en el mundo", dijoGreer. Esto es otro motivo para promover la lactancia maternaexclusiva en los primeros seis meses de vida.
Además de eso, no existe respaldo suficiente para agregarlos prebióticos a la alimentación infantil.
Aun así, los autores señalan que los prebióticos y losprobióticos agregados a las fórmulas disponibles para los bebésestán clasificados como "generalmente seguros".
"Lo que me atrae de la idea" de naturaleza benigna de losprobióticos "es que los intestinos no se pueden colonizarpermanentemente con bacterias probióticas. A los 3 años de edadse completa el desarrollo de la flora intestinal. De modo quecuando se suspenden los suplementos con probióticos, lasbacterias desaparecen en días", dijo Greer.
FUENTE: Pediatrics, 2010
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