Este artículo se publicó hace 16 años.
El primer ministro tailandés se aferra al cargo pese a protestas
El primer ministro tailandés, Samak Sundaravej, rechazó el jueves los llamamientos para querenuncie, diciendo que no "abandonará el barco" por una campaña de protestas callejeras de tres meses que busca forzarsu salida.
Hablando en la radio nacional, Samak dijo que no convocaría a elecciones anticipadas para distender las protestas,que esta semana se tornaron violentas, lo que le llevó a declarar un estado de emergencia.
"Puedo decirles que no renunciaré. No disolveré el Parlamento. Me quedaré para proteger la democracia", dijo Samaken su discurso de 50 minutos.
La opositora Alianza del Pueblo por la Democracia (PAD, por su sigla en inglés), que mantiene ocupada desde hace 10días la Casa de Gobierno en Bangkok, se comprometió a permanecer allí hasta que Samak renuncie.
"Mientras él insista en quedarse, nosotros no nos iremos. No importa cuántos días o años, o incluso dentro de lasiguiente vida", dijo el líder del PAD Sondhi Limthongkul a una multitud de partidarios.
El PAD, una coalición de empresarios, activistas y académicos, acusa a Samak de ser un representante ilegítimo del exprimer ministro Thaksin Shinawatra, quien fue derrocado en 2006 y ahora vive exiliado en Londres.
Samak confirmó la renuncia el miércoles del ministro de Relaciones Exteriores Tej Bunnag y sugirió que el diplomáticode carrera con lazos cercanos con el palacio se había visto presionado a renunciar.
"Recibió presión de tantos frentes, que finalmente su esposa se derrumbó", declaró.
Samak dijo que era hora de que los tailandeses elijan de qué lado están.
"No abandonaré el barco, seguiré en control. El resto del país debe decidir si se les une", expresó Samak.
Samak declaró el estado de emergencia el martes, tras choques entre sus partidarios y opositores en los que murió unhombre y 45 personas resultaron heridas, pero el Ejército se ha negado a usar la fuerza para desalojar a losmanifestantes, diciendo que eso sólo empeoraría la situación.
La crisis ha distraído al Gobierno mientras el país sufre una desaceleración del crecimiento y un aumento de lainflación, lo que ha llevado a los inversores a dirigir su dinero hacia otro lado.
/Por Nopporn Wong-Anan/.*.
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