Este artículo se publicó hace 17 años.
Prejuicios y mentiras
Los que vienen de fuera no delinquen más que los españoles, ni copan los recursos sanitarios. Aportan más de lo que reciben.
"El racismo responde a una imagen social que se hace de los otros, a los que se considera inferiores. Es una actitud vejatoria, excluyente, un odio hacia el otro que sobre todo perjudica a quien lo siente". Así resume la mediadora social Luzmar Quiroga un sentimiento "universal", en este caso, común en muchos españoles.
Muchos padres denuncian que los inmigrantes acaparan las becas de comedor. Pero la verdad es que no se aplica una discriminación positiva por ser extranjero, sino a las familias con renta baja. Otra de las percepciones extendidas que derrumba la Secretaría de Estado de Seguridad es que los inmigrantes delinquen más. Al contrario, destacan que en 2002, con la mitad de inmigrantes que en 2006, la tasa de criminalidad fue 1,5 puntos superior. La mayoría de los bulos es fácil de desmontar.
Vienen enfermos
Muchos inmigrantes proceden de países donde persisten enfermedades inexistentes en España o bien ya erradicadas, como las paperas o el sarampión. Más allá de casos muy puntuales, en la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) explican que el inmigrante es una persona joven, con una salud mejor que la de la media de su país de origen, ya que supera viajes temerarios para trabajar y mejorar su calidad de vida.
Atención sanitaria
En los barrios donde se concentran más inmigrantes, sus vecinos perciben que colapsan los recursos sanitarios. Aunque en estos casos concretos la inmigración puede beneficiarse del 60% de los recursos, en global no es así. Según semFYC, un 5% de los pacientes atendidos en 2006 era inmigrante. En proporción, este colectivo va menos al médico que los españoles, concretamente la mitad: representan alrededor del 10% de la población, pero sólo al 5% de los pacientes.Reciben más de lo que aportanAl contrario de lo que se suele pensar, los inmigrantes contribuyen más a los ingresos públicos de lo que reciben. Según la Oficina Económica del Presidente, en 2005 aportaron 23.402 millones de euros (el 6,6% de la recaudación total), y recibieron 18.618 millones (un 5,4% del total de gastos). Su contribución neta a las arcas públicas fue por tanto de 4.784 millones de euros.
Copan los puestos de trabajo
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), de los 3,5 millones de puestos de trabajo creados en España entre 2001 y 2006, 1,8 los ocuparon inmigrantes. La Oficina Económica del Presidente destaca que pese a ello la tasa de paro de los españoles nunca ha sido tan baja. También incide en que aunque los inmigrantes presentan unas tasas de empleo seis puntos porcentuales superiores a las de los nativos, ocupan puestos de trabajo que éstos rechazan.
No se adaptan
Muchos inmigrantes se reúnen en parques públicos. Sus vecinos españoles critican estas prácticas, aludiendo a que no se adaptan. Según Vicente Rodríguez, experto en inmigración del CSIC, lo hacen porque es una forma de reforzar la comunidad, de no sentirse solos, y recuerda que también los españoles que emigraron a Alemania se reunían y "comían tortilla de patatas juntos". En la esfera pública, Rodríguez asegura que la adaptación es mayor. "Cumplen los horarios de trabajo, usan el transporte público como el resto", por ejemplo. Según un estudio del AXA Wintertur, el 76% de los inmigrantes se considera adaptado a la vida española.
Te destrozan el piso
"Los dueños dejan claro que si son inmigrantes sólo quieren alquilarles su casa si tienen trabajo", explica la reponsable de una inmobiliaria valenciana. Los propietarios confiesan que tienen miedo a alquilar a inmigrantes por si no pagan las mensualidades y llenan el piso de gente. En las inmobiliarias reconocen que el impago también lo practican españoles.
Se les ayuda a abrir negocios
Uno de cada dos nuevos autónomos en el 2007 es emigrante. Para realizar su actividad, "pagan exactamente los mismos impuestos que los españoles", explica Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). Sin embargo, tienen más trabas para abrir sus negocios, porque de-ben presentar una memoria económica y demostrar su solvencia.
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