El PP defiende a los que abuchearon a Zapatero para expresar el "cabreo" de España
Esteban González Pons considera que los ciudadanos "estaban en su derecho"
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En el PP se han recibido con complaciencia los abucheos que varios extremistas dedicaron ayer, Fiesta de la Hispanidad, al presidente y a otros miembros del Gobierno en un intento de reventar el desfile de las Fuerzas Armadas.
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El vicesecretario General de Comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, defiende que los extremistas que lanzaron incluso insultos al jefe del Ejecutivo "estaban en su derecho" porque era sólo "una oportunidad" para transmitirle el "estado de cabreo de la nación española" a un presidente del Gobierno, que "no sale nunca a la calle".
"La democracia es un Estado en el que si los políticos no están incómodos, algo no funciona bien", ha apostillado.
En el PP no sienta nada bien la visita de hoy de Zapatero a Obama
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La justificación de Pons llega hasta al punto de que, desde su punto de vista, "los españoles" que profirieron los insultos no es que sean "unos maleducados que no saben distinguir un acto de Estado de un acto de Gobierno", sino ciudadanos que aprovechan la única oportunidad que les brinda el presidente para expresarle lo que opinan sobre su mandato.
En declaraciones a Antena3, González Pons ha reconocido que tal vez "un acto de Estado" como el desfile con motivo del Día de la Fiesta Nacional "no debería ser el lugar" donde el pueblo manifieste al presidente "sus sentimientos".
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Para Pons los que profirieron ayer los insultos no son, en ningún caso, unos "maleducados"
Pero el reproche desaparece cuando el atacado es el jefe del Ejecutivo, al que incluso se le recrimina que visite hoy, en la Casa Blanca, al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Donde tiene que estar Zapatero es, a su juicio, "en su despacho y trabajando". "Las cosas internacionales tampoco se van a estropear mucho si él (Zapatero) no anda circulando" por países extranjeros, ha abundado el vicesecretario General de Comunicación del PP.
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El porqué de su visita tiene para Pons una sencilla explicación: el presidente del Gobierno está "aquejado del síndrome Pajín" y "se ha creído que es un fenómeno planetario".
Las españoles "están hasta el gorro" de un presidente que "cada día es más mundial, más ideal y está menos cerca de los trabajadores", asevera Pons.