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La política fiscal rompe el Congreso en dos bloques

La izquierda se unió para tumbar la rebaja de impuestos a las pymes del PP

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No hubo fisuras. Ayer, la izquierda se comportó como un bloque irrompible para evitar que el PP sacara adelante en el Congreso una rebaja fiscal para las pequeñas y medianas empresas (pymes). El polo de izquierdas formado por ERC, IU, ICV y BNG respaldó a los socialistas para tumbar la propuesta de los conservadores. Sumaron 170 votos. Enfrente, los enemigos declarados del incremento fiscal que prepara el Gobierno, PP y CiU, sólo lograron el apoyo de CC, UPN y UPyD (154 votos). El PNV y NaBai se abstuvieron.

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La división casi quirúrgica de la Cámara en dos estuvo también presente en el debate. El PP recuperó inmediatamente el discurso de las últimas semanas contra la subida de impuestos. Cristobal Montoro, su portavoz económico, dedicó casi el mismo tiempo a atacar al Gobierno que a defender su propuesta. "Tiran de la chequera de todos los españoles", acusó. A su juicio, "es lo más fácil, lo que siempre hacen los socialistas".

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Aunque siguen sin conocerse los términos de la reforma del Gobierno, el ex ministro de Aznar volvió a lanzarla contra la mayoría de la población. "No tienen dinero para pagar los servicios públicos y recurren a subir los impuestos a las clases medias", se atrevió a predecir. No lo harán sin luchar. Frente a la reforma, advirtió, el PP "seguirá levantando un dique".

La izquierda mantuvo, sin embargo, un papel crítico

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Más cauta fue la otra mitad de esa presa. El portavoz de CiU, Josep Sánchez-Llibre, no entró en detalles sobre quien sufrirá en mayor medida el incremento. Se limitó a pedir a Zapatero que sea "coherente" con su promesa, hace tres meses, de bajar los impuestos a la pymes. "Entendemos que el PSOE debería votar esta medida", subrayó antes de reafirmar su compromiso contra el incremento de impuestos.

Montserrat Colldeforns, portavoz adjunta de Economía del PSOE, fue quien asumió la labor de desmontar la iniciativa del PP. A su juicio, el PP aprovecha la crisis como una mera coartada. Los socialistas creen que la intención del PP de elevar el límite para ser considerado pyme hasta los 12 millones de euros de facturación, ("2.000 millones de pesetas", recordaron) oculta la intención de beneficiar a las grandes empresas. El PSOE, en cambio, sólo apoyará una rebaja del impuesto de sociedades limitado a las empresas muy pequeñas. También BNG e ICV expresaron su rechazo a la medida del PP y se situaron con matices al lado del Gobierno.

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La izquierda mantuvo, sin embargo, un papel crítico. En su intervención, Joan Herrera (ICV) ya había advertido al PSOE que debe "elegir la acera por la que quiere caminar". No fue el único. Por la mañana, tras la Junta de Portavoces, los representantes de ERC e IU, Joan Ridao y Gaspar Llamazares, respectivamente, ya habían presionado al Ejecutivo. Ambos exigieron a Zapatero que hoy, en su comparecencia, de un paso claro hacia la izquierda.

Llamazares reclamó que la reforma vaya más allá del maquillaje fiscal o la medida coyuntural. "Debemos mejorar la justicia", reclamó.

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Ridao cargó contra el "populismo de la peor especie" 

Mucho más ácido fue Joan Ridao quien cargó contra el "populismo de la peor especie" demostrado, a su juicio, por Zapatero el domingo en Rodiezmo. En su opinión, su discurso "rancio y apolillado" de "izquierda conservadora" tiene un objetivo claramente electoral.

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La jornada parlamentaria también dejó pistas sobre la postura que podría adoptar el PP cuando la próxima semana se vote en la Cámara el decreto referente al subsidio de 420 euros para parados de larga duración. Los conservadores se abstuvieron ayer ante una moción pactada por el PSOE, CiU y ERC-IU-ICV en la que se reflejaba por primera vez la fecha del 1 de enero como límite para acceder a la cobertura. La inclusión de un punto en el que se instaba al Gobierno a cumplir el Estatut en materia de Trabajo y Relaciones Laborales fue el argumento que los conservadores esgrimieron para no apoyar en esta ocasión la transacción del resto de grupos.

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