Este artículo se publicó hace 17 años.
El PNV apuesta por Urkullu para mantener la unidad y respaldar la consulta de Ibarretxe
El PNV elegirá el próximo fin de semana a su actual portavoz, Íñigo Urkullu, como nuevo presidente del partido, en una apuesta por mantener la unidad de la formación nacionalista ante la propuesta de consulta planteada por el lehendakari.
El PNV escenificará en la Asamblea Nacional de los próximos 1 y 2 de diciembre en Bilbao la unidad del partido en torno a un candidato y a una ponencia política acorde con el camino marcado por el lehendakari y pondrá así fin a una etapa de diferencias públicas sobre la consulta de Ibarretxe, que tuvo su desencadenante en un artículo de opinión publicado por Imaz el pasado 15 de julio.
En ese artículo, el todavía presidente del PNV recordaba que el acuerdo de coalición del tripartito en junio de 2005 establecía que una consulta popular sobre el futuro del País Vasco se produciría "en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones" y sobre un acuerdo político previo y apostaba por la transversalidad, entendida por el acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas.
Por ello, opinaba que una consulta ciudadana en las circunstancias actuales sería contraria a la posición del PNV y lo hacía un mes después de que Ibarretxe reiterara su propósito de celebrar un refrendo en esta legislatura.
La postura de Imaz reavivaba los rumores de divergencias internas en el seno del Partido Nacionalista Vasco y desencadenó una "tormenta" con los socios del tripartito (EA y EB) que incluso llegó a provocar la reacción del PNV, que en un comunicado criticó el "cinismo" y la "deslealtad" mostrada por éstos al buscar el "cuerpo a cuerpo" con su presidente.
Semanas después, el 12 de septiembre, Imaz anunciaba mediante una carta enviada a distintos medios de comunicación, bajo el título "Apostar por el futuro", que abandonaba la política activa y no se presentaba a la reelección para contribuir a facilitar "un proceso interno que cohesione y una" al partido.
Esta decisión se producía horas después de que se hiciera pública la ponencia del PNV, aprobada por unanimidad por la Ejecutiva, en la que el partido apostaba por lograr en los próximos cuatro años un "amplio consenso" entre partidos e instituciones vascas y estatales para lograr un nuevo marco político que sea refrendado por la ciudadanía, y se decía que se recurrirá a una consulta popular en caso de "situaciones de bloqueo".
A continuación, la renuncia del "eterno rival" de Imaz, el presidente del PNV en Guipúzcoa, Joseba Egibar, seis días después de que lo hiciera el anterior, despejaba definitivamente el camino para un candidato de consenso.
Egibar justificaba también su decisión en la necesidad de lograr "un acuerdo de integración" en torno a la ponencia política y la estrategia a seguir.
Se había abierto el camino a Urkullu para garantizar la cohesión del PNV ante el reto lanzado por Ibarretxe y evitar una posible fractura tras cuatro años caracterizados por las tensiones entre las dos líneas representadas por Imaz y Egibar, tanto en el discurso como en los gestos.
Así, mientras Imaz ha incidido en la búsqueda de acuerdos con los partidos no nacionalistas y en conceptos como la cosoberanía, Egibar ha puesto el acento de su discurso en el reconocimiento de Euskadi como nación y en el derecho a decidir.
Ambos discursos han llegado a ser totalmente opuestos en un sólo día, tal y como ocurrió el 31 de julio de 2005, cuando, en la celebración del aniversario del partido, Imaz planteó en Bilbao una fórmula de soberanía compartida con España, Francia y Europa, y Egibar matizó en Mutriku que no era posible un escenario de cosoberanía si una de las partes "no es soberana".
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