Este artículo se publicó hace 16 años.
Pizarro, de fichaje estrella del PP a diputado raso
Sus colaboradores aseguran que no abandonará el PP porque dio su palabra
El pasado 14 de enero Mariano Rajoy fichaba a Manuel Pizarro como número dos por la lista de Madrid. Con ello, el líder del PP trataba de desactivar la crisis desata por Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz- Gallardón y presentar al que sería su ministro de Economía de llegar al Gobierno.
Pizarro se afilió al partido con el apoyo del propio jefe de la oposición y del ex presidente del Gobierno, José María Aznar. Abandonó el Consejo de administración de Telefónica, la Bolsa de Madrid y hasta su cargo al frente del Parque Nacional de Ordesa.
El ex presidente de Endesa entró en el Comité de Dirección del PP de Madrid de la mano de Esperanza Aguirre y comenzó a recorrer mercados y distritos dando sus primeros mítines.
En el partido todos estaban entusiasmados con él hasta que se produjo el debate con Pedro Solbes. Entonces, el efecto Pizarro comenzó a desinflarse. Rajoy, ya en campaña electoral, no salió a defenderle de inmediato y para cuando le invitó a un acto en Burgos -donde Pizarro apeló al Cid Campeador para explicar que nadie debía darle por muerto- ya era tarde.
No se les volvió a ver juntos hasta la noche de la derrota electoral. Fue una de las pocas y elegidas personas que acompañaron a Rajoy en el balcón de Génova.
Por eso cuando hace unos días el líder del PP comenzó a repartir cargos, a algunos dirigentes les extrañó que Pizarro no figurara entre ellos.Ni como portavoz parlamentario, ni entre los nombres del Comité de Dirección del Grupo, ni como portavoz de la Comisión de Economía - en un principio será Cristóbal Montoro-, ni como ponente del XVI Congreso...
El día de la constitución de las Cortes, algunos diputados no le vieron muy contento y se extendió el rumor de que el propio directivo le había trasladado a Rajoy su malestar por desconocer su futuro. Fuentes cercanas a él aseguran, sin embargo, que no le ha pedido nada a Rajoy y que no han hablado de ofertas.
Muchos de sus compañeros de filas quieren ver si será capaz de perder protagonismo. Algunos no le dan ni dos meses en el PP. Sus colaboradores afirman que no abandonará la política porque dió su palabra el día que aterrizó en el partido. "Ganemos o perdamos me quedaré", fue su compromiso.
Ayer, el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, dijo que no se le había apartado y que le constaba que se sentía "cómodo". En su entorno tienen claro que él no se va a pelear por un puesto y creen que hay que esperar al Congreso para ver si forma parte del equipo de Rajoy.
Secretarios generales
En esa cita se decidirá el nombre del secretario general. Mientras la mayoría piensa que no dejará el cargo hasta ese momento, otros no descartan que se mantenga al frente después.
De todos modos ya han surgido varios nombres como el de Pío García-Escudero, quien ayer recomendaba que el candidato fuera alguien de la generación más joven del partido, el del secretario ejecutivo de comunicación, Gabriel Elorriaga, y el del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz -Gallardón quien ya lo fue en 1986.
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