Este artículo se publicó hace 17 años.
El pionero del ADN, obligado a volver a EEUU tras una polémica racista
James Watson, premio Nobel de medicina de 1962 por su descubrimiento, junto a otros dos científicos, de la estructura del ADN, se ha visto obligado a cancelar una gira por Gran Bretaña a raíz de la polémica suscitada por unas declaraciones tachadas de racistas.
Watson, biólogo molecular, regresó el viernes a Estados Unidos después de que el Laboratorio Cold Spring Harbor, en Nueva York, del que era director, le suspendiese sus "responsabilidades administrativas" y se distanciase de sus comentarios al dominical "The Sunday Times".
En sus declaraciones a ese periódico, el científico había expresado su pesimismo sobre África porque las políticas de Occidente hacia ese continente se basan en la creencia de que "la inteligencia de los africanos es como la muestra", algo que contradicen, según él, las pruebas científicas.
Watson, que estaba en Gran Bretaña para promocionar su última obra, "Avoid Boring People", debía pronunciar conferencias o intervenir en debates en varias ciudades como Oxford, Cambridge, Bristol, Newcastle y Edimburgo.
Sin embargo, el Museo de la Ciencia de Londres decidió anular una conferencia anunciada para el viernes, y Bristol y Edimburgo siguieron su ejemplo.
Después de que el laboratorio norteamericano donde trabaja anunciase la suspensión de sus actividades, el polémico científico decidió volver a casa.
"El doctor Watson sintió la necesidad de regresar a Estados Unidos para tratar el tema con el laboratorio de Cold Spring Harbor", explicó a la prensa Kate Farquhar-Thomson, portavoz de la editorial Oxford University Press, que ha publicado su libro.
Las controvertidas declaraciones de Watson a "The Sunday Times" fueron seguidas de un artículo en el diario "The Independent" en el que se disculpaba si hubiese ofendido a alguien, pero insistía en la necesidad de investigar la supuesta base genética de las diferencias de coeficiente y aptitudes intelectuales entre los individuos.
El alcalde de Londres, el laborista Ken Livingstone, intervino en la polémica al afirmar que las declaraciones de Watson eran propaganda racista disfrazada de ciencia.
"Esas teorías racistas, totalmente desacreditadas, tratan de establecer una jerarquía entre las razas humanas basadas en la genética. Destacados científicos de todo el mundo las han condenado", dijo Livingstone, según el cual una ciudad como Londres, donde conviven tantas comunidades, no puede tampoco admitirlas.
Algunos científicos, sin embargo, han denunciado la decisión de suspender los actos programados con Watson porque, en su opinión, es algo que atenta a la libertad académica e incluso contra la libertad de opinión y de expresión.
"Es indignante que se dicte una prohibición contra alguien sobre la base de la información de un periódico", criticó Colin Blakemore, director ejecutivo del Consejo de Investigaciones Médicas y profesor de neurociencia en la Universidad de Oxford.
Según Blakemore, citado hoy por el diario "The Independent", Watson es "muy conocido por sus puntos de vista provocadores y políticamente incorrectos, pero el nuestro sería un mundo muy triste si se silenciase a un científico tan distinguido por culpa de sus opiniones menos apetitosas".
El conocido filósofo ateo Richard Dawkins, que debía participar la próxima semana en un debate con él en Oxford, declaró, por su parte, que si Watson está equivocado, se trata de un error científico, y no ético, y será con argumentos científicos, y no éticos, como habrá que demostrar su equivocación.
"Lo que no es de recibo desde el punto de vista ético es la persecución (de su persona), algo que sólo puede describirse como una actitud nada liberal e intolerante por parte de una "policía del pensamiento", dijo Dawkins.
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