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Los partidos catalanes denuncian el achaque de "catalanofobia" del PP

Critican que el borrador de la Ley de Lenguas presentado por el Gobierno de Aragón cambie el nombre del catalán por aragonés oriental

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La derecha emprendió hace décadas su propia cruzada para diferenciar al valenciano del catalán, y para limitar su utilización en las administraciones públicas y en la educación del País Valencià. Su postura ha sido refutada por diferentes ámbitos académicos, así como por la propia Justicia valenciana. Hace tan sólo tres meses, el PP modificó el marco lingüístico que hasta entonces tenían las Illes Balears, al suprimir la necesidad de conocer el catalán para trabajar en la administración balear. Y, ayer, el Gobierno aragonés que comparten PP y PAR, presentaba el borrador de una Ley de Lenguas que denomina al catalán que se habla en el este de la comunidad como aragonés oriental.

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Se trata de un nuevo gesto que, a juicio de los principales partidos catalanes, demuestra la "catalanofobia" del partido del Gobierno. Es una nueva muestra del interés particular del PP por "no reconocer" el peso real de esta lengua. Esa es la idea que comparten los diferentes portavoces de las fuerzas catalanas que lamentan, además, que esta nueva propuesta de los conservadores llegue en uno de los momentos más delicados de la economía española, convirtiéndose en una "nueva cortina de humo" de la situación actual.

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El más contundente es el diputado de ERC, Joan Tardà, que se atreve a calificar la actitud del PP de "genocidio lingüístico". "Llegan a la perversión de negar su lengua a los miles de aragoneses que hablan catalán desde hace mil años", denuncia. En su opinión, el borrador que presentó ayer la consejera de Cultura aragonesa, Dolores Serrat, "forma parte del discurso castellanista" propio de la cultura política del PP. "Manipulan la lengua como arma de asimilación del castellano", asegura. Tardà denuncia, además, que la iniciativa se presente en medio de la crisis, cuando "resulta tan fácil acelerar los procesos de descohesión social". Y advierte de que la "insensatez" del PP puede generar problemas a las nuevas generaciones.

Más comedido, aunque con la misma determinación en contra de la propuesta del Gobierno aragonés, se muestra el parlamentario de CiU, Jordi Xuclà. En su opinión, la legislación actual que protege y fomenta el uso de castellano, aragonés y catalán en Aragón es la correcta. "No voy a entrar en debates nominalistas que les correspone a los filólogos", afirma, antes de dictar, aunque sin citar expresamente al catalán, su sentencia sobre el debate abierto: "Yo tengo claro lo que hablan los ciudadanos de la Franja aragonesa, del País Valencià y de Balears".  "Se me hace muy difícil de entender la medida, y lo lamento", aseguró, por su parte, el portavoz de la Generalitat, el también convergente Francesc Homs.

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El PSC también se suma a las críticas al PP por su política lingüística respecto al catalán. "No sé como se puede defender unas tesis que van en contra de la realidad. Se puede inventar lo que se quiera, pero la realidad es la que es", indica la socialista Teresa Cunillera, sobre la nueva acepción de aragonés oriental. Y es que, en su opinión, el problema de fondo es que el PP "no comprende la pluralidad lingüística" o "le produce miedo". Se da la circunstancia de que Cunillera es de una localidad de la provincia de Lleida, muy próxima a Aragón y, según ella, "jamás ha habido ninguna problema de comunicación" entre los vecinos de su pueblo y los de los municipios aragoneses con los que comparten idioma. 

"Es surrealista plantear que en Calaceite (Teruel) no se habla la misma lengua que en Horta de Sant Joan (Tarragona)", apunta, por su parte, la diputada de ICV, Laia Ortiz. Todo se debe, en su opinión, a que el PP está llevando su "catalanofobia" a las instituciones, pero lamenta que la particular cruzada de los conservadores se está convirtiendo en un "atentado contra la inteligencia" de los ciudadanos. "En lugar de poner en valor la riqueza lingüística, hace todo lo contrario".

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