Este artículo se publicó hace 15 años.
París celebra 120 años de la Torre Eiffel con una exposición sobre su creador
El ayuntamiento de París rinde homenaje al creador de la Torre Eiffel, en el 120 aniversario de su inauguración, con una exposición titulada "Gustave Eiffel, el mago del hierro", que se abre mañana al público.
El 31 de marzo de 1889 se estrenó la impresionante torre metálica de 300 metros y se permitió acceder a ella en mayo, unos días después de la inauguración de la Exposición Universal.
El ayuntamiento de París tiene previstos diversos actos para celebrar este histórico aniversario y el primero de ellos es una exposición que permite conocer las diferentes facetas del creador de la torre, Gustave Eiffel, así como el proceso de construcción del monumento.
La muestra propone un recorrido por los diferentes trabajos de Eiffel, que diseñó la estructura de la estatua de la Libertad de Nueva York, o el puente Maria Pia, en Oporto.
Según la comisaria de la exposición, Caroline Mathieu, los trabajos en las estructuras de puentes, "esa búsqueda de ligereza y resistencia" inspiraron a Gustave Eiffel en la construcción de la torre.
La sección "Eiffel científico" nos descubre los trabajos de investigación en el campo de la aerodinámica que el ingeniero llevó a cabo cuando se retiró de la construcción, tras verse salpicado por el escándalo que rodeó la apertura del canal de Panamá.
El apartado dedicado a su vida personal permite conocer mejor a Eiffel, un burgués conservador poco interesado por el arte de su época, quien se convirtió sin embargo en padre del mayor emblema de modernidad del siglo XX.
Pero sin duda el plato fuerte de la muestra es el espacio dedicado a la Torre Eiffel, donde se pueden contemplar los croquis realizados por el ingeniero, así como imágenes de las diferentes etapas de su construcción.
Una proyección audiovisual recuerda algunos momentos sorprendentes del edificio, como un descenso de sus escaleras en bicicleta, salto en paracaídas o escalada, pero también momentos históricos, como la primera transmisión telegráfica, o las pioneras emisiones de radio y televisión.
La exposición también recoge una generosa muestra de las representaciones artísticas de la torre, que inspiró "desde a los futuristas italianos hasta Apollinaire", según explicó a EFE Caroline Mathieu, la comisaria.
"Desde su inauguración, el señor Eiffel recibió numerosas cartas que contenían poemas, dibujos y canciones dedicados al monumento. Él las guardaba todas cuidadosamente", añadió.
Pero la torre no fue del agrado de todos, y en el momento de su inauguración recibió "elogios" como el de "farola verdaderamente trágica" (Léon Bloy) o "esqueleto de atalaya" (Paul Verlaine).
Más duro todavía fue Guy de Maupassant, quién la describió como una "pirámide alta y flaca de escalas de hierro, esqueleto gigante falto de gracia, cuya base parece hecha para llevar un monumento formidable de Cíclopes, aborto de un ridículo y delgado perfil chimenea de fábrica".
El escritor Joris-Karl Huysmans la denominó "un tubo de fábrica en construcción, un armazón que espera ser cubierto por piedras o ladrillos, esta alambrera infundibuliforme, este supositorio acribillado de hoyos".
Ante las críticas, Eiffel respondía "cándidamente" que la torre tenía "una belleza nueva, resultado de la combinación entre la fortaleza de su estructura y la ligereza de sus formas", explicó la comisaria de la exposición.
Con motivo de la siguiente Exposición Universal de París, en 1937, se retó a los ingenieros a que "hicieran lo que quisieran" con la torre, un desafío que provocó resultados inesperados, como convertirla en montaña o faro. La exposición recoge una muestra de estas sorprendentes propuestas, que finalmente no se llevaron a cabo.
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