Este artículo se publicó hace 16 años.
El papel desaparecerá de los libros por evolución natural, asegura Vicente Verdú
El escritor español Vicente Verdú, que se confiesa un amante del papel, pronosticó hoy la desaparición definitiva de los libros en este formato y sostuvo que el proceso ya ha comenzado con la evolución de los medios electrónicos y virtuales.
"Toda esta melancolía, este amor al papel, es como tantas otras cosas que nos han parecido detestables. ¿Cómo íbamos a sustituir el pañuelo por el kleenex (pañuelos de papel desechable)? Pues lo hemos hecho y tantas mil cosas más", explicó.
Verdú (Elche, 1942) destacó la "mala prensa" que tiene en la actualidad el papel, con la tendencia ecologista de protección a los bosques, y aseguró que el papel reciclado no tiene la misma calidad.
Por esta "y muchas otras razones", el futuro se encuentra en los medios digitales, como e-books (libros electrónicos) con capacidad para trescientas obras, con peso liviano y lectura nítida, señaló.
A pesar de todo, Verdú publicó este año en papel con la editorial Anagrama su última novela, "No ficción", porque se considera "un antiguo".
"Yo soy de la cultura del papel y de la cultura del libro (...), amo el papel, amo el libro, amo hasta la tipografía y elijo personalmente la cubierta de mis novelas", aseguró, lo que no le impide tener un blog en Internet donde publica casi diariamente.
Verdú es también periodista, escribe regularmente en El País, diario en el que ha ocupado los puestos de jefe de Opinión y jefe de Cultura.
El libro debe evolucionar también internamente, indicó, y no solo en su formato, al igual que lo han hecho otras expresiones artísticas como la pintura o la arquitectura.
Por ello, la obra literaria debe dejar de lado las descripciones detalladas exteriores o físicas para centrarse en el "yo" y en "paisajes interiores", como "conflictos personales, las emociones y sus sutilezas".
"La escritura está más capacitada que nadie para narrar eso, la escritura del 'yo' es más consecuente con la vida actual", especialmente en grandes ciudades occidentales donde "todo es previsible, protegido y ordenado", indicó.
"Ahí la peripecia sucede a nivel individual", dijo, y es mejor tratarlo "con humor e ironía".
El escritor rechazó el esquema de "presentación-nudo-desenlace" para las novelas contemporáneas porque "las vidas ahora se componen de diferentes vidas, tenemos varias parejas, cambiamos de ocupación y de residencia".
"Un libro con un final pre-escrito es el modelo de una vida pre-escrita, mientras que un videojuego que tiene un final que no sabes cómo es y cambia según juegas es más representativo de cómo son las vidas ahora", sostuvo.
En su opinión, el libro dispone cada vez de un espacio más reducido frente a otros medios de comunicación, que se comunican a través de impactos, pantallas, extensión y superficie, algo incomprensible para las personas que se criaron con libros pero que supone el futuro incluso de la educación.
"Hay una mitificación del libro y un desprecio a la televisión que es errónea", dijo, puesto que aunque antes todo el saber estaba en los libros, ahora se encuentra en muchos más formatos.
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