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El Papa y Bush denuncian la manipulación de la religión para justificar el terrorismo

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El papa Benedicto XVI y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, denunciaron hoy durante su encuentro en la Casa Blanca "la manipulación" de la religión para justificar el terrorismo.

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Benedicto XVI fue recibido hoy por Bush en los jardines de la Casa Blanca con una espectacular ceremonia a la que asistieron unas 13.000 personas, según los datos de las autoridades estadounidenses, y después ambos se reunieron en privado en el Despacho Oval.

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Durante esta reunión, ambos manifestaron "su total rechazo al terrorismo y a la manipulación de la religión para justificar actos inmorales y violentos contra los inocentes", según un comunicado conjunto.

Señalaron, además, "la necesidad de contrastar el terrorismo con medios apropiados que respeten la persona humana y sus derechos".

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Este concepto lo había expresado el presidente Bush durante su discurso de bienvenida al Papa, cuando afirmó que "en un mundo donde algunos invocan el nombre de Dios para justificar actos de terrorismo y de muerte y de odio" se necesitaba el mensaje que lanzó el Papa alemán "Dios es amor", título de su primera encíclica.

"Abrazar este amor es la manera más segura de salvar a los hombres de caer presa de las enseñanzas del fanatismo y el terrorismo", afirmó el mandatario estadounidense.

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Bush añadió: "En un mundo donde algunos ya no creen que se pueda distinguir entre el simple bien y el mal, necesitamos su mensaje de rechazo a esta dictadura del relativismo y abrazar una cultura de la justicia y la verdad".

El Papa pronunció, por su parte, un discurso en el que elogió a Estados Unidos por haber sabido crear un Estado con una fuerte presencia de los valores religiosos, y donde, además, se defiende la libertad de expresar cada uno su fe.

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Un concepto que también expresó Bush cuando dijo: "En nuestra nación coexiste la fe y la razón", al destacar los esfuerzos del país por erradicar las enfermedades, aliviar la pobreza y promover la paz en "sitios sumidos en la oscuridad de la tiranía y la desesperanza".

Benedicto XVI también alabó la "generosidad" siempre manifestada por Estados Unidos para ayudar a la "familia humana".

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Estados Unidos se ha mostrado "siempre generoso en salir al encuentro de las necesidades humanas inmediatas, promoviendo el desarrollo y ofreciendo alivio a las víctimas de las catástrofes naturales", afirmó.

En este sentido, comunicó su "esperanza de que esta preocupación por la gran familia humana seguirá manifestándose con el apoyo paciente de la diplomacia internacional, orientado a solucionar conflictos y a promover el progreso.

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"Así las generaciones futuras podrán vivir en un mundo en el que florezca la verdad, la libertad, la justicia. Un mundo donde la dignidad y los derechos dados por Dios a cada hombre, mujer y niño, sean tenidos en consideración protegidos y promovidos eficazmente", añadió.

La guerra en Irak fue otro de los argumentos que Benedicto XVI y Bush trataron en privado, y expresaron su "común preocupación" por la situación del país árabe y, en particular, "por la precariedad en la que viven los cristianos".

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El Vaticano se opuso a la invasión de Irak en 2003, pero ahora su posición está orientada a la necesidad de una presencia militar para dar estabilidad y proteger a las minorías cristianas en ese país.

Tras la reunión con Bush, el Papa celebró su cumpleaños con un almuerzo privado en la nunciatura, en el que participaron los cardenales estadounidenses.

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