Este artículo se publicó hace 17 años.
El Papa denuncia el aumento de víctimas por los "preocupantes desequilibrios ambientales"
Benedicto XVI denunció hoy que cada vez hay más emigrantes, refugiados y deportados en el mundo víctimas de las guerras, las tensiones étnicas y el terrorismo, pero también debido a calamidades naturales, muchas de ellas consecuencias "de preocupantes desequilibrios ambientales".
El Papa hizo estas manifestaciones durante el tradicional Mensaje de Navidad, pronunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro del Vaticano, en el que expresó su preocupación por la situación en las zonas donde "resuena el fragor de las armas", entre ellas "las martirizadas" Darfur, Irak, Líbano y Afganistán, Oriente Medio, Irak, Líbano, Tierra Santa y los Balcanes, entre otras.
Ante decenas de miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro para escuchar el tercer Mensaje de Navidad de su Pontificado, Joseph Ratzinger proclamó al mundo que hoy amaneció un "día sagrado", un día de gran esperanza, "hoy ha nacido el Salvador de la humanidad".
El Obispo de Roma agregó que "Aquel que es el creador del mundo" se hizo hombre para traer la paz a la tierra y que la Navidad, "acontecimiento histórico y misterio", es el día en el que brilla la "gran luz de Cristo portadora de paz".
"Ciertamente, para reconocerla, para acogerla se necesita fe y humildad", subrayó el Papa, que se preguntó: ¿quien está listo para abrir a Cristo las puertas de su corazón?, ¿quien tiene tiempo para escuchar su palabra y dejarse envolver por su amor fascinante?.
La respuesta que dio es que el mensaje de Cristo es para todos.
"Que la luz de Cristo brille por fin y sea consuelo para cuantos viven en las tinieblas de la miseria, de la injusticia, de la guerra", invocó el Papa.
Benedicto también abogó para que esa luz sea consuelo para aquellos "que ven negadas aún sus legítimas aspiraciones a una subsistencia más segura, a la salud, a la educación, a un trabajo estable, a una participación más plena en las responsabilidades civiles y políticas, libres de toda opresión y al resguardo de situaciones que ofenden la dignidad humana".
En ese punto, el Papa Ratzinger también puso su mirada en las víctimas de "sangrientos conflictos armados, del terrorismo y de todo tipo de violencia, que causan sufrimientos inauditos a poblaciones enteras".
El Pontífice recordó a los niños, las mujeres y los ancianos, las categorías "más vulnerables", según precisó, en cualquier conflicto.
Benedicto XVI dijo también que las tensiones étnicas, religiosas y políticas, la inestabilidad, la rivalidad, las contraposiciones, las injusticias y las discriminaciones laceran el tejido interno de muchos países y exasperan las relaciones internacionales.
"Y en el mundo crece cada vez más el número de emigrantes, refugiados y deportados, también por causa de frecuentes calamidades naturales, como consecuencia a veces de preocupantes desequilibrios ambientales", denunció el Papa Ratzinger.
Como es tradición en estos mensajes, el Papa hizo un recorrido por el mundo, expresando su preocupación por la situación en las zonas donde "resuena el fragor de las armas", entre ellas "las martirizadas" tierras del Dafur, de Somalia, la República Democrática del Congo, las fronteras de Eritrea y Etiopía y Oriente Medio Oriente, en particular en Irak, Líbano y Tierra Santa.
El Obispo de Roma también destacó la situación en Afganistán, en Pakistán y en Sri Lanka y en los Balcanes "y en tantas otras situaciones de crisis, desgraciadamente olvidadas con frecuencia".
Benedicto XVI imploró al Niño Jesús que infunda a los responsables de los gobiernos "sabiduría y fuerza para buscar y encontrar soluciones humanas, justas y estables".
Benedicto XVI aseguró que Cristo con su nacimiento responde a la "sed de sentido y de valores" que hoy se percibe en el mundo; a la búsqueda de bienestar y paz que marca la vida de toda la humanidad y a las expectativas de los pobres.
El Papa hizo votos para que esta Navidad sea realmente para todos un día de alegría, de esperanza y de paz.
Tras el Mensaje, impartió la bendición "Urbi et Orbi" (a Roma y a todo el mundo) en 63 idiomas, entre ellos español, portugués y guaraní.
En español proclamó: "Feliz Navidad. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos".
El mensaje fue transmitido en directo por 95 televisiones de 57 países, entre ellos España y la mayor parte de América Latina.
Benedicto XVI ofició esta madrugada la tradicional Misa del Gallo en la que denunció que la humanidad "no tiene sitio para Dios", al que no se le escucha y no se le acoge".
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