Este artículo se publicó hace 17 años.
Palestina a 20 minutos de Sol
Un desalojo en el poblado chabolista de Madrid acaba convertido en una batalla con 30 heridos
Llevaban un día organizándose: “Convocatoria. El jueves día 18 a las 8.30 derribo de la parcela número 40. No dejéis de acudir. La próxima puede ser la tuya”. Carteles como éste llamaban a los vecinos de Cañada Real Galiana, un asentamiento ilegal en Madrid, a resistir contra el derribo de la que ha sido durante más de cinco años, según los vecinos, la casa de Abdalilah, su mujer Fátima y sus dos hijos, todos marroquíes.
A la hora señalada agentes antidisturbios escoltaban a las palas excavadoras que llegaban a hacer su trabajo. Según los vecinos había cerca de un centenar de policías y más de 15 furgones policiales. Pero se encontraron a cientos de vecinos, en su mayoría marroquíes, que respondieron a la llamada de Abdulilah. No faltaba nadie: niños, mayores hombres y mujeres.
Lluvia de piedras
En cuanto los agentes trataron de desalojar la casa, empezaron a lloverles piedras. En un momento se desencadenó una auténtica batalla. Los vecinos lanzaban todo lo que estaba a su alcance: piedras, sillas, botellas y hasta bombonas de butano. Los agentes respondían con pelotas de goma y porras.
Hubo enfrentamientos durante casi dos horas. Más de 10 marroquíes resultaron heridos, algunos menores según comprobó Público, 16 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y 9 del Cuerpo de la Policía Municipal sufrieron heridas leves y 9 vecinos fueron detenidos, según la Jefatura Superior de Policía. La casa de Abdulilah quedó finalmente reducida a escombros. “Yo estaba en la casa con más vecinos. Cuando entraron los policías nos agarraron y nos sacaron a la fuerza”, explica Rabiaa, de 17 años, mientras enseña su brazo izquierdo con un gran moratón.
“Fuera, varios agentes empezaron a pegarme porrazos”, prosigue. Como si la intifada hubiera llegado a Madrid, a 20 minutos de la Puerta del Sol, niños y mayores se atrincheraron en las colinas y lanzaron piedras contra los agentes para defender lo que consideraban suyo.
40.000 habitantes ilegales
La Cañada Real Galiana es un camino de tierra de 15 kilómetros de longitud, hay más de 2.000 edificaciones y 40.000 habitantes, 15.000 menores. Muchas casas son chabolas, pero también hay chalets, algunos hasta con piscina. Todas son ilegales, aunque la mayoría paga el Impuesto de Bienes Inmuebles al Ayuntamiento que ha permitido la construcción de estas viviendas durante más de 40 años. Desde hace unos años una de las áreas del poblado se han convertido en un foco de venta de droga de España y el mayor de Madrid.
Nosotros aquí no vendemos droga, todos trabajamos, las casas se las hemos comprado a españoles, ¿por qué no tiran los pisos de los que venden droga, si son también ilegales?”, se lamentaba ayer Mariam, marroquí de 28 años, que trabaja en la recepción de una empresa de publicidad. “Tienen que darnos una alternativa donde podamos vivir”. Tras la batalla, representantes de la embajada marroquí llegaron al poblado. Las mujeres les recibieron con vivas al rey Hassan. Pasaron media hora escucharon las quejas de sus compatriotas y se fueron con la promesa de hablar con las autoridades españolas.
A las dos de la tarde todavía olía a quemado. Un coche incendiado durante la batalla seguía echando humo. Enfrente, el hueco que había dejado la casa de Abdulilah y Fátima. A él la policía se lo había llevado detenido, a su mujer y sus hijos el Ayuntamiento los alojó en uno de los disposituivos municipales temporales.
Fuentes municipales explicaron que el desalojo de esta familia se produjo tras una orden judicial porque la vivienda era ilegal y estaba, al igual que otras muchas casas de la Cañada, “sobre una vía pecuaria propiedad de la Comunidad”. Fue ésta quien le solicitó al Ayuntamiento el desalojo. Otras cinco viviendas serán derribadas en breve aunque falta la autorización judicial.
Tras el paso de las máquinas, los escombros se mezclaban en el suelo con los enseres personales de la familia abandonados: cuna, juguetes, mantas, la cama. Mientras, los vecinos se negaban a marcharse a sus casas. Repetían una y otra vez: “Esto es peor que Palestina, ¿cómo es posible que ocurra en España? ¡Estos policías son peores que los israelíes!”, concluía una vecina.
Ruiz-Gallardón desconoce el suceso
En la rueda de prensa posterior a la reunión de la Junta de Gobierno municipal, el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, ha dicho que desconocía los sucesos que se estaban produciendo en esos momentos, aunque aseguró que, "como siempre, las actuaciones del Ayuntamiento en este ámbito se producen en ejecución de una decisión judicial".
"La Cañada Real es un problema muy serio"
Asimismo, ha destacado que el Consistorio está aún a la espera de recibir una respuesta del Gobierno regional sobre la propuesta que formuló el pasado agosto al Ejecutivo autonómico y al de José Luis Rodríguez Zapatero para crear un consorcio conjunto que se ocupe de la Cañada Real, "con capacidad ejecutiva para abordar todos los problemas" de este poblado chabolista ilegal.
"La Cañada Real es un problema muy serio -uno de los más importantes de Madrid- que compete a las tres Administraciones y, si no lo abordamos ahora con decisión, se nos puede convertir en una herida muy difícil de cerrar en el futuro", advirtió entonces el alcalde.
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