Este artículo se publicó hace 13 años.
De Palermo a Corleone, sin rastro de la mafia
El primer tour responsable que no deja ni un euro a la Cosa Nostra
En Sicilia reina la omertá, la ley del silencio, y muy pocos alzan la voz frente a las injusticias. La mafia ha ensuciado el nombre del sur de Italia, y mientras que algunos sicilianos se empeñan en potenciar esta imagen como reclamo turístico, un grupo de jóvenes –dentro del colectivo Addiopizzo– ha decidido plantarle cara a los mafiosos puerta con puerta. En sus mismos barrios, pero sin sus normas.
Esta iniciativa partió en 2004, cuando el grupo llenó Palermo de pegatinas contra el pizzo, impuesto que reclama la mafia a los comerciantes y que les aporta cerca de 30.000 millones de euros: “ Un pueblo que paga el pizzo es un pueblo sin dignidad”. A día de hoy, casi 700 comercios y miles de consumidores críticos avalan este proyecto.
Silvio Bologna, de 28 años, es uno de los portavoces de Addiopizzo: “No puede ser que el apellido de nuestra isla sea Cosa Nostra y que nuestra carta de presentación la representen las historias mafiosas protagonizadas por Marlon Brando o Al Pacino”.
Por ello, el año pasado crearon Addiopizzo Travel, un nuevo proyecto con el que superar la “banalidad” del turismo clásico, ofreciendo una alternativa responsable. De esta forma, ofrecen tours con alojamientos en hoteles que no pagan dinero a la mafia, visitas a museos que narran la verdadera historia de este movimiento e, incluso, encuentros con algunos de quienes han dedicado su vida a luchar contra esta lacra.
El aragonés Fernando Bravo, de 35 años, que trabaja en Zaragoza como ingeniero, ha sido uno de los primeros españoles en conocer de cerca este proyecto.
“La principal ventaja es que puedes visitar la isla con uno de sus habitantes y puedes integrarte en su día a día”, explica Fernando, que agradece la posibilidad de escapar del típico turismo de sol y playa para buscar algún aliciente más.
Un viaje responsableEl tour propuesto mezcla placer, descanso y compromiso. Así, se pasa de las aguas cristalinas de la playa de Mondello (Palermo) a Capaci, lugar donde fue asesinado el juez Falcone en 1992. Su muerte es el símbolo de una época convulsa y el punto de inflexión hacia el levantamiento de algunos sicilianos contra la mafia.
También se hace una parada en Partinico, al oeste de la isla. Allí, una cooperativa agrícola trabaja las tierras confiscadas a la mafia, mientras que la emisora local, Tele Jato, denuncia todo tipo de crímenes y abusos perpetrados por miembros de las bandas locales. El itinerario concluye en la localidad de Corleone, a la que se pretende quitar su “mala reputación”, alimentada por las películas de ficción.
Fernando dice que en Sicilia hay muchos pueblos con encanto, donde no suelen llegar los turistas. “Allí nosotros éramos el centro de atención”, explica. Aunque no oculta que el volcán Etna y la ciudad de Taormina, con su teatro griego, también lograron impactarle. “Desde lo alto del volcán, en su estado más salvaje, descubres la verdadera sensación de libertad”, asegura. A 3.000 metros de altura se puede mirar las cosas con perspectiva, dejando de lado los prejuicios. Eso es lo que buscan los integrantes de Addiopizzo Travel y lo que logró Fernando en su viaje. Es el primer paso para eliminar a la mafia hasta de las tiendas de souvenirs.
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