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Los padres de los agentes asesinados dan testimonio de su dolor en el juicio

EFE

Los padres de los guardias civiles Juan Antonio Palmero Benítez y José Antonio Vidal Fernández han declarado hoy en la tercera sesión del juicio contra Jaime Giménez Arbe, "El Solitario", acusado del asesinato de los dos agentes el 9 de junio de 2004, para dar testimonio de su dolor por la muerte de sus hijos.

Rafael Palmero, padre del guardia civil Juan Antonio Palmero, ha asegurado ante el tribunal que el asesinato de su hijo hace cuatro años en la localidad navarra de Castejón "a nosotros nos ha destrozado la vida".

El padre del agente ha aseverado que él y su esposa siguen "para delante" en la vida porque "tenemos cuatro hijos más", aunque ha afirmado que, desde el día del asesinato, su mujer es "una persona muerta andante".

Tras la declaración del padre del agente, el resto de testimonios de los familiares de los guardias civiles no han podido ser escuchados o se han oído entrecortados en las dos salas de prensa habilitadas para este juicio debido a un fallo en el micrófono en el que hablaban los testigos.

El momento de mayor tensión de este juicio, iniciado el pasado martes, se ha vivido cuando María Benítez, madre del guardia civil asesinado, visiblemente afectada, ha preguntado a Giménez Arbe, que se encontraba a su espalda, si había dado a su hijo la oportunidad de hablar antes de morir, y se ha girado para tratar de agredirle, lo que ha impedido la Policía Foral, mientras gritaba: "dejarme que me desahogue, dejarme que lo vea".

En ese momento, Giménez Arbe, sorprendido por la reacción de la madre del agente, replicaba a ésta: "No tengo nada que ver con la muerte de su hijo, señora", tras lo que la mujer le ha llamado "mentiroso" y le ha insultado.

También han declarado hoy brevemente Marciano Vidal, padre del guardia civil José Antonio Vidal, quien ha asegurado que, desde hace cuatro años, su vida ha cambiado "al cien por cien", así como la madre del guardia civil, Virginia Fernández, quien ha mostrado su pesar por la muerte de su hijo.

Posteriormente ha sido llamada a declarar Caño Santos, pareja sentimental de Juan Antonio Palmero, con la que compartía residencia y tenía previsto casarse en breve, quien ha aseverado que ha sufrido una depresión durante los dos últimos años y ha resaltado que su vida "ha cambiado por completo", ya que el agente "para mí, era mi marido".

Caño Santos, al terminar su declaración y antes de marcharse, se ha vuelto hacia "El Solitario" y le ha llamado "asesino".

Por su parte, la madre de "El Solitario", María Soledad Arbe Illares, por videoconferencia desde Huelva, se ha acogido al derecho a no declarar en el juicio.

Hoy ha testificado asimismo un forense que ha comentado que, en junio de 2004, Giménez Arbe no tenía ningún impedimento para conducir un vehículo, pese a que "El Solitario" ha declarado en este juicio que en esa fecha tenía su movilidad reducida por una lesión de rodilla que le impedía incluso caminar con normalidad.

Además, un forense que participó en las autopsias a los cuerpos de los dos guardias civiles ha descrito por videoconferencia desde Jerez las lesiones sufridas por los agentes a consecuencia del tiroteo.

El forense ha señalado que el cuerpo de Juan Antonio Palmero presentaba doce trayectorias de bala, cuatro de ellas con orificio de entrada y sin salida, sobre todo en el tórax y abdomen del agente, que le produjeron una hemorragia masiva que le ocasionó la muerte.

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