Este artículo se publicó hace 15 años.
Oxfam alerta de la crisis humanitaria en un campo de refugiados en Kenia
Las precarias condiciones en las que viven hacinados cientos de miles de refugiados somalís en un campo en el norte de Kenia pueden desembocar en poco tiempo en una grave crisis humanitaria, advirtió hoy Oxfam Internacional.
En un informe, la organización humanitaria insta al Gobierno de Kenia, a la comunidad de países donantes y a las ONG a afrontar cuanto antes la situación que atraviesan los 250.000 habitantes del campamento de Dadaab, uno de los más grandes del mundo y que padece un grave problema de superpoblación.
A ello se une que la probable llegada este año de otros 100.000 somalís escapando de la violencia y el caos en el que sigue hundido su país, según la ONG.
Advierte que hasta la fecha se han detectado al menos 20 casos de cólera entre los habitantes del campo, como consecuencia de las precarias condiciones higiénicas y de la escasez de recursos con que se gestiona.
"Las condiciones en Dadaab son terribles y exigen atención inmediata", afirmó en un comunicado la responsable en Kenia de la sección británica de la organización humanitaria, Philippa Crosland-Taylor.
Señaló que la mitad de la población del campamento no tiene garantizado el acceso mínimo al agua y buena parte de las mujeres y los niños, que son la mayoría de los habitantes de Dadaab, no disponen de letrinas adecuadas.
Por ello, la ONG pide al Gobierno keniano que ofrezca más terrenos para solucionar el problema y acomodar a los nuevos refugiados.
También le pide que ponga fin al cierre de la frontera con Somalia, una medida que no ha logrado detener el flujo de refugiados y solo ha conseguido multiplicar el sufrimiento de quienes la cruzan.
El cierre de la frontera obligó a la ONU a desmantelar los centros de acogida en los que se proporcionaba atención médica a los recién llegados y se prevenía el contagio de enfermedades, señaló.
Al mismo tiempo, pide a la comunidad internacional que responda a las peticiones de financiación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y que se garantice desde la ONU que no se abandonará a los refugiados.
Crosland-Taylor instó al Gobierno de Nairobi a dejar de ignorar los problemas en ese campamento de Dadaab, al que seguirán llegando refugiados mientras no se alcance una paz duradera en el país vecino, dijo.
"Una frontera abierta pero vigilada permitiría que Kenia aborde sus legítimas preocupaciones de seguridad y, a la vez, facilitaría que los refugiados puedan recibir la asistencia a las que les da derecho la legislación internacional", afirmó la cooperante.
Oxfam también advirtió de que las precarias condiciones del campamento han llevado a un aumento de la tensión entre los refugiados y la población local en relación a asuntos como el uso de tierras, el consumo de agua y la tala de árboles.
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