Este artículo se publicó hace 16 años.
La OTAN pide más implicación de otras organizaciones en Afganistán
El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, afirmó hoy que la organización "no es la propietaria de Afganistán" y advirtió al resto de los organismos internacionales y al gobierno afgano que "deben asumir sus responsabilidades" en la estabilización del país.
Los ministros de Defensa de la OTAN discutieron sobre cómo afrontar un reparto de la carga más justo en la operación de la Fuerza Internacional para la Seguridad en Afganistán (ISAF), pero las protestas de los socios más afectados por la violencia terrorista y taliban no sirvieron para que el resto acepte enviar refuerzos a las zonas más peligrosas.
Ante este panorama, De Hoop pidió hoy más apoyo de las naciones aliadas y de los donantes internacionales "para que el ejército afgano sea independiente y defienda su propio país", durante una reunión con el ministro de Defensa afgano, Abdul Rahim Wardak, y representantes de la Unión Europea, las Naciones Unidas y el Banco Mundial, celebrada en los márgenes del Consejo informal.
La OTAN es consciente de que la misión en Afganistán es a largo plazo y, mientras se desarrolla, no quiere que se le culpe "de todos los problemas", dijo hoy su secretario general.
Por ejemplo, citó las críticas que se le han dirigido en determinados medios por el problema del narcotráfico o por el entrenamiento de la policía afgana que, según recalcó, es tarea de la Unión Europea y de algunos países a título individual.
"No se nos puede achacar todo", insistió.
Los países aliados están de acuerdo en que hace falta más coordinación en Afganistán, así como un responsable designado por las Naciones Unidas como enviado especial.
A juicio de la OTAN, este nombramiento serviría para que los medios de comunicación y la opinión pública tuvieran una visión más comprensiva de la tarea que lleva a cabo la comunidad internacional en Afganistán.
El presidente afgano, Hamid Karzai, rechazó hace un mes la candidatura del político británico Paddy Ashdown para el cargo de enviado especial.
En cuanto a sus responsabilidades militares, la Alianza considera que con las fuerzas desplegadas en la actualidad - hay 43.250 efectivos de 37 nacionalidades, entre ellos setecientos españoles - sólo tiene cubierto un 85 por ciento de las necesidades operativas.
Del total, hay 12.000 soldados de la ISAF destacados en las provincias del sur, sobre todo estadounidenses, británicos, holandeses y canadienses.
Estos últimos condicionaron la extensión de la misión de sus 2.500 soldados en Kandahar a que otros países de la OTAN envíen un millar de soldados como refuerzo, así como helicópteros de transporte.
Todos piden más implicación de países como Alemania, Francia, Italia o España, situados en el norte y el oeste.
Un alivio a esta situación podría venir de la mano de Francia, que se plantea enviar setecientos paracaidistas a la conflictiva región del sur afgano, aunque ayer el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, pidió cautela y dijo que no hay nada cerrado.
"Desde luego yo estaría encantado, pero dejemos a los franceses que lo decidan", recomendó hoy De Hoop.
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