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La oposición llega al poder en Nueva Zelanda

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Por Gyles Beckford

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El líder del opositor Partido Nacional de Nueva Zelanda, John Key, llegó al poder el sábado al vencer las elecciones parlamentarias, terminando con nueve años de Gobierno laborista perjudicado por el impacto de la recesión económica y un escándalo político.

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La primera ministra, Helen Clark, asumió la responsabilidad por la derrota de su Gobierno y dimitirá como líder del gobernante Partido Laborista, un puesto que mantenía desde 1993.

El Partido Nacional de centroderecha, favorito en todos los sondeos previos a las elecciones, realizó una campaña con un mensaje de cambio para la nación del océano Pacifico de 4,3 millones de habitantes y con la promesa de estimular la economía mientras el mundo afronta la crisis financiera.

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"Los neozelandeses han votado por una Nueva Zelanda más segura, más próspera y más ambiciosa", afirmó Key a sus jubilosos seguidores.

Es poco probable que el Partido Nacional se alce con una mayoría suficiente en el Parlamento, pero podría formar gobierno con la ayuda de dos formaciones menores, el ACT y Futuro Unido, que ya han comprometido su respaldo.

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Tras el final del recuento, el Partido Nacional tenía un 45 por ciento de los votos, frente al 34 por ciento del Partido Laborista. Esto supondría unos 59 de los 122 escaños del Parlamento, 11 más que en las anteriores elecciones, comparados con los 43 escaños de los laboristas, seis menos.

El Partido ACT, aliados del Nacional, alcanzaban cinco escaños y el centrista Futuro Unido, uno.

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"Puedo confirmar su disposición a prestar apoyo para establecer un nuevo Gobierno en Nueva Zelanda", dijo Key.

Clark, por su parte, anunció su dimisión de manera inesperada.

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"Mi tarea como líder del Partido Laborista ha terminado, dimitiré y esperaré que los colegas laboristas elijan un nuevo líder antes de Navidad", declaró a sus partidarios.

"Espero que todo por lo que hemos trabajado no arda en la hoguera creada por el ala derecha de la política", agregó.

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Se esperan pocos cambios políticos significativos. El Partido Nacional ha prometido recortar los impuestos y los gastos extra para ayudar a amortiguar una economía ya en recesión y que se prevé sufra más consecuencias por la crisis crediticia mundial.

Los analistas creen que su victoria se ha apoyado en que el centroderecha ha recuperado a los votantes indecisos de las ciudades, que apoyaron a los laboristas hace tres años.

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