La última edición de la Copa Masters que se disputará en Shanghai, a partir de mañana, significa también la gran oportunidad del suizo Roger Federer para desquitarse de una temporada en la que ha perdido el puesto de número uno del mundo, y la consagración del argentino Juan Martín del Potro después de un año triunfal.

Una victoria en Shanghai, ciudad que despide el torneo que continuará el próximo año en Londres, es el objetivo de Federer para unir su nombre a los del estadounidense Pete Sampras y el checo Ivan Lendl, únicos jugadores que han ganado este torneo en cinco ocasiones.

Federer es un especialista en esta competición que cierra la temporada. En seis participaciones (2002-2007) ha ganado cuatro de los últimos torneos allí (perdió únicamente la final del 2005 ante el argentino David Nalbandian) y lleva 26 victorias y solo tres derrotas. Es el máximo favorito en el Qi Zhong Estadium tras la baja por lesión del español Rafael Nadal, aunque vencer en China no le servirá para recuperar la supremacía del tenis mundial, pero si para recortar diferencias con el zurdo de Manacor para el 2009.

Su maestría en Shanghai ha quedado demostrada al convertirse tres veces en ganador sin ceder un partido en todo el torneo, un premio que este año lleva consigo un cheque por 1,34 millones de dólares. De vencer de nuevo, Federer respiraría tranquilo, y resumiría la temporada con los recuerdos de su quinto Abierto del EE.UU. y un final de año, con buenas perspectivas para el siguiente. Solo hace falta saber si su espalda está en condiciones, tras abandonar el Masters Series de París en cuartos de final y reservarse para la cita de los Maestros.

En su grupo se encontrará con el jugador que parece más en forma del momento, el británico Andy Murray. El escocés de 21 años ha realizado una fenomenal temporada, coronada con dos Masters Series, Cincinnati y Madrid, y el título en San Petersburgo, títulos a los que hay que añadir los de Doha y Marsella, y su acceso a la primera final de un Grand Slam de su carrera en Nueva York.

Segundo británico en lograr su clasificación para el torneo que cierra la temporada, tras Tim Henman en 2004, Murray ha acabado cuarto del mundo.

Este Masters será un duelo entre veteranos en este torneo y novatos. Cuatro por cada bando, y en este último grupo, el argentino Juan Martín del Potro, el propio Murray y los franceses Jo-Wilfried Tsonga y Gilles Simon como novatos.

Para del Potro es el premio por una temporada estelar. A sus 20 años ha logrado ganar cuatro títulos en cinco finales en esta sesión, y será el más joven de todos los participantes en Shanghai.

Su ascenso ha sido espectacular, del puesto 65 al octavo del mundo, por encima incluso de su compatriota David Nalbandian, tras capturar cuatro torneos seguidos, Stuttgart, Kitzbuhel, Los Angeles y Washington, hasta que fue detenido en la final de Tokio por el checo Tomas Berdych.

Entrenado ahora por su compatriota Franco Davin, 2008 ha sido el año de su explosión, mejorando en seguridad como lo demuestra su racha de 23 partidos seguidos ganados, y su marca de 45-13 en total. Su actuación en Shanghai dependerá del estado de las uñas de sus pies, maltrechas por tanto desgaste, de la carga de partidos que lleva, y de la tensión que tendrá que soportar como novato, y con el peso que conlleva su participación, la semana después en la final de la Copa Davis contra Argentina en Mar del Plata.

En su grupo, el Dorado, se encontrará con el serbio Novak Djokovic, campeón del Abierto de Australia, partido que abre el torneo mañana domingo, un veterano como el ruso Nikolay Davydenko, vencedor en Miami y semifinalista en Shanghai en 2005, y el francés Tsonga, el jugador que ha cerrado los Masters Series con su triunfo en París.

Grupo Rojo:

Roger Federer (SUI), Andy Murray (GBR), Andy Roddick (USA) y Gilles Simon (FRA)

Grupo Dorado: