La ONU critica la política de inmigración de Berlusconi
Amnistía denuncia el plan del alcalde de Roma para desalojar a los gitanos
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"Llevo siete años en Italia y he vivido en muchos campamentos, porque al poco de llegar a uno, nos desalojan. Y entonces me dicen que si me encuentran otra vez me quitan a los niños y a mí me meten en la cárcel". María Dumitru es gitana y vive con su marido y sus tres niños en un edificio ocupado en la vía romana Prenestina. Con su testimonio contradice al del alcalde, Gianni Alemanno, que se ha comprometido a buscar una solución para los campamentos nómadas tras los enfrentamientos de 2008.
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María Dumitru no es un caso aislado. Según Amnistía Internacional, el Ayuntamiento, en manos del berlusconiano Pueblo de la Libertad desde 2008, está poniendo en riesgo los derechos fundamentales de los gitanos. Como María, cientos de ellos viven en la calle tras ser desalojados.
La ONU se declaró el jueves "alarmada". La Alta Comisaria para los Derechos Humanos, Navi Pillay, expresó "una gran preocupación" por la política de las autoridades italianas de "tratar las cuestiones relativas a la inmigración y a los romaníes como un problema de seguridad más que como una cuestión de integración social". Tras visitar varios campamentos en Roma, Pillay aseguró que hay "un excesivo recurso a medidas represivas, como los desalojos forzados".
Además, según un estudio que citó, de 5.684 noticias sobre los gitanos emitidas por las televisiones italianas, sólo 26 no les relacionaban con problemas de seguridad.
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Amnistía reconoció que Alemanno es el único alcalde de Italia que ha diseñado un plan de acogida para la población gitana, pero según uno de sus expertos, Ignazio Jovtis, "no es la respuesta adecuada". "El plan prevé la destrucción de más de 100 campamentos y el traslado de 6.000 personas a apenas 13 zonas, en la periferia de la ciudad, donde se acentúa su discriminación porque les es más difícil trabajar, dar una educación a sus hijos o acceder a los servicios sociales". Además, entre 6.000 y 9.000 personas se quedarán en la calle.
Humitza Halilovich, a quién su hija de 19 años ya ha hecho abuela de dos niños y cuyo otro hijo, de 17, va a la escuela, asegura que su situación ha empeorado con Berlusconi y Alemanno. "Antes podíamos movernos, éramos más libres. Hoy nuestros niños huyen de la policía porque se les retiene en centros de expulsión a pesar de haber nacido aquí en Italia", cuenta. "Muchas personas creen que los gitanos han nacido para robar. No es así. A mi me ofrecieron trabajo como mediadora social pero me descartaron por no tener el permiso [de trabajo].