Obama se declara "encantado de ser amigo" de Zapatero
El presidente de EEUU muestra "un gran interés en fortalecer las relaciones entre su país y España"
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"Sé que vamos a tener unas relaciones muy amistosas y muy simpáticas". Estas palabras (en español) del presidente de EEUU, Barack Obama, permiten hacerse una idea de la cordialidad en la que ha discurrido la reunión entre el líder estadounidense y el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
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El punto y final de cinco años de desencuentro con la Administración estadounidense se materializó por fin en la primera entrevista del presidente español con el de EEUU, pasadas las tres de la tarde. En un ambiente cargado de sintonía, según los asistentes, José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Obama se reunieron durante 45 minutos en Praga donde se celebraba la cumbre informal UE-EEUU para tratar distintos temas de las relaciones bilaterales y de la política internacional. Ambos se intercambiaron sendas invitaciones para visitar sus países y Obama recalcó que le gustaría "volver a Barcelona", donde estuvo de joven.
Ya al llegar, Obama, muy hablador, sonriente y afectuoso con Zapatero, al que cogió varias veces por los hombros, quiso escenificar ante la prensa española que sólo asistió a los saludos su intención de dar un giro completo a la política que ha llevado George W. Bush con la España de Zapatero: "Estoy encantado de poder llamarle amigo y doy la bienvenida a nuevas oportunidades de cooperación", dijo el inquilino de la Casa a Blanca al más que satisfecho de la Moncloa. Obama se mostró esperanzado de que "las sólidas relaciones" entre España y EEUU existentes ahora "se hagan aún más fuertes".
El presidente de EEUU señaló, además, que había "disfrutado" mucho trabajando con el español en las sucesivas citas internacionales que ha habido estos días. Obama valoró positiva y públicamente el trabajo de Zapatero, "que tiene en cuenta no sólo la extraordinaria influencia de España en el mundo, sino que, además, se toma muy en serio su responsabilidad" y le emplazó a "reforzar las relaciones entre los dos países".
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El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Mike Hammer indicó, además, que Obama expresó al presidente del Gobierno español su agradecimiento por la aportación de tropas de España a la misión de la OTAN en Afganistán, donde el sábado, en la cumbre de la Alianza, prometió el envío de otros 450 soldados para reforzar la seguridad durante las elecciones del 20 de agosto.
El jefe del Ejecutivo español reiteró la "oportunidad" que supone esta entrevista para empezar "un nuevo tiempo entre ambos países" y señaló el deseo de su Gobierno de colaborar con Obama por un "nuevo orden mundial de paz y más justo", que es el que Zapatero quiere trasladar a las "nuevas generaciones".
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La primera reunión entre Zapatero y Obama fue la más numerosa para el español en cantidad de acompañantes. El jefe del Ejecutivo acudió escoltado por el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; el director de su Gabinete, José Enrique Serrano; el secretario general de la Presidencia, Bernardino León; el director de la Oficina Económica de la Presidencia, Javier Vallés; el director adjunto del Gabinete, José Miguel Vidal, y la directora de Política Internacional, Milagros Hernando.
Al margen de los contenidos de la reunión, "la afabilidad y el trato fácil" de Obama causaron honda satisfacción en Zapatero, que ve así más sencilla la reconstrucción del multilateralismo en la política global, debido a la importancia de la buena disposición de EEUU.
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Ambos líderes compartieron un momento personal, explicó esta fuente, al hablar sobre sus hijas.
Obama firmó su autógrafo en un libro para una de las hijas de Zapatero, que según le explicó el jefe del Gobierno español siente una gran admiración por el mandatario estadounidense.
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El presidente estadounidense expresó también, según esta fuente, su deseo de visitar España, a lo que Zapatero le replicó que podría visitarla cuando quisiera y Obama indicó que los encargados de su agenda "nunca le dejan ir a donde quiere".
En ningún momento de la reunión se hizo referencia a la retirada española de Kosovo, cuyo anuncio dio lugar a un roce entre los dos países hace tres semanas.
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Tras una serie de contactos de alto nivel entre ambos Gobiernos, las autoridades estadounidenses expresaron su intención de "pasar página" y no dejar que el incidente empañara las relaciones bilaterales.