Este artículo se publicó hace 15 años.
Obama y Bernanke ven señales de recuperación
El presidente avisa de que «los tiempos duros» no han acabado y «hay que hacer más»
Isabel Piquer
La copa medio vacía o medio llena. Según se mire. Las autoridades estadounidenses, en palabras de su presidente y del de la Reserva Federal (banco central), ofrecieron ayer una visión cautamente optimista sobre las perspectivas económicas del país al constatar signos de mejora, al tiempo que avisaban de lo mucho que quedaba por hacer para salir de la recesión.
En un discurso en la prestigiosa Universidad de Georgetown, que la Casa Blanca promocionó con énfasis, Barack Obama habló de innegables "signos de progreso económico" gracias a las masivas medidas de urgencia de los últimos tres meses. Pero casi a renglón seguido, el mandatario matizó su optimismo al pronosticar que "los tiempos duros" no han terminado y que "2009 seguiría siendo un año difícil para la economía de EEUU".
Horas más tarde, en la otra punta del país, en Atlanta, el responsable de la Fed, Ben Bernanke, siguió en la misma línea al asegurar que "señales tentativas" apuntaban a una desaceleración en "la caída de la actividad económica", un primer paso hacia una recuperación que seguía dependiendo "de la estabilización del sistema financiero y los mercados crediticios". Con esta doble ofensiva, el Gobierno de Obama quiso, en vísperas de sus primeros cien días en el poder, responder a las críticas y transmitir la idea de una política coordinada, aunque costosa, para resolver la crisis y sobre todo asentar el sistema sobre bases más saneadas.
"Sé que me han acusado de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Otros creen que no ha sido suficiente. Muchos estadounidenses se preguntan simplemente cómo se compatibilizan todos estos programas en una sola estrategia. Algunos argumentan que este plan supone un gasto irresponsable del Gobierno y que deberíamos recortar en vez de gastar (... ). Muchos piensan que este dinero debería ir directamente a las familias estadounidenses y a las empresas en vez de a los bancos", indicó Obama.
En medio del marasmo, es una estrategia de comunicación que parece funcionar. El último sondeo de la CNN aseguraba que el 58% de los estadounidenses estaba convencido de que su presidente tenía un "plan claro" para salir de la recesión.
La clave sigue siendo el voluntarismo a marchas forzadas. Ayer, Bernanke aseguró que la Fed "estaba haciendo progresos" en sus intentos por estabilizar el sistema financiero, gracias sobre todo a la decisión de recortar los tipos de interés. "Las condiciones económicas actuales son difíciles, pero los fundamentos de nuestra economía son fuertes y no hay problemas que no puedan ser superados con perspicacia, paciencia y perseverancia", subrayó.
Medidas impopulares
El próximo frente de actuación será la industria automovilística. "En las próximas semanas, revisaremos la situación de Chrysler y General Motors dijo Obama.Nuestra esperanza es que Chrysler encuentre un socio empresarial viable y que GM desarrolle un modelo de negocio que asegure su viabilidad sin la ayuda del contribuyente estadounidense".
Barack Obama afirmó que la reestructuración de las empresas automovilísticas y de la aseguradora AIG implicará decisiones "difíciles y a veces impopulares".
Aún no se sabe muy bien qué forma adoptarán estos planes. Hace unos días, The New York Times publicó que Washington consideraba la idea de una "bancarrota controlada" para GM, que ya recibió 13.000 millones de dólares en subsidios públicos.
Pero más allá de evitar el naufragio, el Gobierno de Obama quiere aprovechar la "ocasión" de la crisis para cambiar el sistema. "No es sostenible que un sistema financiero del siglo XXI se rija por las normas del siglo XX que permitieron que la imprudencia de algunos pusiera en peligro toda la economía", sentenció el presidente. .
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