¿Trabajas o comes sano?
Un tercio de los empleados afirma que sus obligaciones laborales les impiden controlar la dieta
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Trabajar y mantener una alimentación equilibrada pueden ser actividades incompatibles. El resultado acaba siendo platos pesados, engullidos en media hora y con digestiones difíciles. Ésta es al menos la opinión del 27% de los trabajadores españoles, que achaca a sus ocupaciones diarias y, sobre todo, a la actividad laboral su imposibilidad de controlar la dieta. Además de mal, también se come rápido. Uno de cada cinco trabajadores se queja de que no tiene tiempo suficiente para comer de forma adecuada.
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Los datos forman parte de una encuesta sobre hábitos alimentarios realizada por TNS Demoscopia a partir de 2.500 entrevistas telefónicas hechas en siete comunidades autónomas, que fue difundida ayer por el Foro Interalimentario. Se trata de una asociación constituida por algunas de las principales empresas de alimentación españolas, que celebró ayer su acto de presentación en Madrid.
La encuesta revela que hay sensibles diferencias entre hombres y mujeres, y también entre las comunidades autónomas incluidas. Si se habla de la población general y no sólo de los comen fuera de casa por cuestiones laborales, el 24,2% de los hombres piensa que el trabajo es un obstáculo para mantener una alimentación saludable, frente al 14,8% de las mujeres.
Por comunidades, en Galicia, Comunidad Valenciana y Catalunya es más difícil conciliar las ocupaciones diarias con una dieta sana, mientras que la situación mejora en autonomías como Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León y País Vasco.
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El presidente del Foro Interalimentario, Ramón Calbet, explicó durante la rueda de prensa que, en general, los encuestados “saben que su dieta no es la ideal, pero hacen muy poco para cambiarla”.
De hecho, sólo el 10% de los españoles tiene en cuenta el contenido nutritivo de los alimentos que consume. A la hora de decidir, se acaba decidiendo por lo que le gusta más o lo que le apetece en un 35,6% de los casos.
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Más fruta, verdura y pescado
Calvet destacó también que, a pesar de que en términos generales los encuestados están satisfechos con su dieta diaria, más de la mitad reconoce que debería consumir con más frecuencia y en mayor cantidad alimentos como frutas, verduras y pescados.
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En cuanto a la composición de la dieta de los españoles, la encuesta revela que la leche y los lácteos son los productos más consumidos, ya que el 95,8% los toma de forma habitual, seguidos por la fruta y la verdura (94,7%). En cuanto a la carne, uno de cada cinco españoles la come a diario y casi el 70%, tres o cuatro veces por semana.Más preocupante resulta el escaso consumo de pescado entre los españoles, ya que sólo el 9% de los encuestados lo toma todos los días y casi el 20% sólo lo come una vez a la semana.
Juan José Badiola: «Nuestra dieta aún es equilibrada pero hay que tener cuidado»
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Juan José Badiola saltó a la fama a finales de los noventa como máximo experto español en el llamado mal de las vacas locas, cuando estaba al frente del Laboratorio Nacional de Encefalopatías Espongiformes Bovinas de Zaragoza, desde el que ayudó al Gobierno del PP a sortear la crisis. Badiola, que es hoy presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Veterinarios, ha decidido implicarse aún más en la seguridad alimentaria y ha aceptado ponerse al frente del Comité Científico del Foro Interalimentario, una asociación formada por algunas de las principales empresas alimentarias del país para mejorar la información sobre esta materia en la sociedad.
¿Mantienen los españoles una dieta equilibrada?
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Si nos comparamos con otros países del mundo, podemos decir que es bastante equilibrada. Tenemos una buena tradición y un buen punto de partida, porque España es un país que produce gran variedad de alimentos y hasta la época actual la alimentación ha estado muy pegada al terreno, pero hay que tener cuidado porque la tendencia podría cambiar.
De hecho, los expertos coinciden en que la obesidad es creciente en España...
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Empieza a ser un problema serio, aunque en otros países lleva años siéndolo y tiene que ver no sólo con el hecho de que la dieta no sea equilibrada, sino también porque se come más de lo debido a edades poco apropiadas. A la hora de adquirir buenos hábitos alimentarios, lo fundamental es lo aprendido en la infancia.
¿Qué opina de que a veces se publiciten alimentos con propiedades de fármacos, como ocurre con los alimentos funcionales?
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El fenómeno de los alimentos funcionales, que procede de EEUU, es ya imparable. La gente ya no pide a los alimentos que tengan valor nutritivo y gusten, sino que curen las enfermedades. Además, constituyen una buena oportunidad para las empresas alimentarias ya que este sector tiene poco margen de beneficio y mucho riesgo. No obstante, a la gente no se le puede engañar y hay que decirle la verdad.
¿Habría que endurecer el marco legal que regula la publicidad de estos productos?
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No se puede permitir que haya publicidad engañosa porque es un fraude. Tiene que estar bien regulado.
Parece que los españoles tienen confianza en la seguridad alimentaria...
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Reconozco que el resultado del estudio me ha sorprendido, aunque creo que los españoles, por la poca información de que disponen y las crisis de las que han tenido noticia, presentan cierto grado de desconfianza sobre la alimentación. Hay un sector de la población que no se fía, sobre todo las madres y las personas mayores.
Decálogo de consejos de la médico y nutricionista Magda Carlas para sobrevivir al menú del día
1. Local de calidad
Hay que elegir un restaurante de calidad digna y descartar aquellos menús con un precio inferior a ocho euros.
2. Variedad
Son preferibles los menús con varias opciones de primeros y segundos.
3. Platos simples
Optar por aquellos menús que incluyen platos sencillos, en los que no todos tengan salsas y rebozados, donde la calidad es más difícil de comprobar.
4. Materias primas sencillas
Incluir un lenguado en un menú de menos de diez euros es poco realista. Lo más probable es que no esté fresco o que no sea un lenguado.
5. Elegir dos primeros
Muchas veces es mejor elegir dos primeros que un primero y un segundo.
6. Seleccionar la guarnición
Es importante preguntar para saber qué opciones de guarnición existen y poder elegir la que más convenga. Mejor ensalada que patatas fritas.
7. Prudencia con el postre
También a la hora de tomar el postre hay que tener sentido común. Es mejor optar por postres simples de calidad contrastada, como fruta o yogures de marca, que por tartas o pasteles de la casa, que suelen ser de poca calidad.
8. Evitar el vino de la casa
El vino de la casa que se incluye en los menús por debajo de los diez euros suele ser de mala calidad. Es mejor tomar agua y tener en cuenta que una buena cerveza es mejor que un vino mediocre.
9. Comer despacio.
Hay que elegir un restaurante donde se pueda comer con tranquilidad. Tampoco es conveniente optar por un local que quede muy lejos del lugar de trabajo.
10. Compensar
Hay que compensar en casa el menú del restaurante. Lo mejor para las cenas o los fines de semana son la verdura y el pescado fresco, difíciles de encontrar en los bares de menú.