Nuevo debate en Espacio Público: sindicatos en tiempos neoliberales
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¿Sirven los sindicatos para hacer frente a la actual ofensiva del capital contra los derechos de los trabajadores? ¿Es adecuada su organización? ¿A qué se debe la erosión de su prestigio? Estas son algunas de las cuestiones de fondo que plantea el nuevo debate que lanza Espacio Público (www.espacio-publico.com) a partir de una ponencia escrita por el diputado de La Izquierda Plural, Joan Coscubiela.
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Los sindicatos sufren una profunda crisis que es consecuencia de la desaparición progresiva del ecosistema que les vio nacer: la sociedad industrialista, el marco del estado-nación, la empresa integrada y las condiciones de trabajo derivadas de los métodos de producción fordistas y tayloristas. La desaparición de su hábitat y la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones sociales es una de las causas profundas de la inestabilidad que atraviesa a las organizaciones sindicales en su conjunto.
En esta situación, la respuesta sindical a los desastres sociales que está provocando la crisis es en muchos casos insuficiente, y en alguna ocasión reviste características de impotencia, provocando frustración en las expectativas y en las exigencias de los trabajadores.
A ello hay que añadir la ofensiva planteada por los poderes económicos y sus representantes políticos, orientada a debilitar la legitimidad del sindicalismo y a erosionar su prestigio. Es una ofensiva que se enmarca en un contexto más general, y que pretende debilitar cualquier contrapoder social con capacidad para enfrentar el violento deterioro que están experimentando los derechos laborales, sociales y políticos de los ciudadanos.
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El debate que ahora inicia Espacio Público, abierto a la participación de todos los ciudadanos, plantea múltiples cuestiones sobre la forma en que podrían organizarse los sindicatos para dar respuestas efectivas a las nuevas formas que reviste la organización de la producción en el mundo globalizado: ¿Es el sindicalismo una organización de los trabajadores o para los trabajadores? ¿Cómo organizar a los colectivos, cada vez más amplios, que no tienen vínculos permanentes con la empresa? ¿Debe el sindicalismo plantearse objetivos que vayan más allá de los intereses de sus afiliados? ¿Debe asumir funciones de representatividad política? ¿Tienen algo que aprender de la organización de los movimientos sociales?
La crisis ha hecho desaparecer el falso imaginario de la desaparición de las clases sociales. El aumento demoledor de las desigualdades sociales y de la pobreza ha tumbado el espejismo de la existencia de una sociedad sin conflicto social y de la construcción ideológica del "capitalismo popular". En este contexto, la búsqueda de respuestas a estas y a otras preguntas que plantea el debate se convierte hoy en un asunto fundamental.