Este artículo se publicó hace 15 años.
Una nueva "La Boheme", a través de los lentes de Brassai
El veterano director británico Jonathan Miller ha vuelto tras doce años de ausencia a la English National Opera londinense con una nueva producción de "La Boheme", de Puccini, cantada en inglés como es de rigor en ese coliseo.
Miller, para quien las óperas de Puccini tienen algo de películas, sitúa la historia del grupo de amigos bohemios y sus amantes Mimí y Musetta en el París de los años treinta del siglo pasado, que tan bien conocemos a través sobre todo de las lentes de fotógrafos como Brassai o Kertesz.
El polémico director, que siempre se ha tomado libertades con los clásicos- hizo un "Rigoletto" mafioso o satirizó a los yuppies en "Cosí fan tutte"- ha tratado esta vez, según confesión propia, de eliminar el "kitsch" que rodea siempre a la bohemia.
"Estos tipos, dice Miller de los protagonistas de "Escenas de la Vida de Bohemia, la obra semi-autobiográfica de Henri Murger, en que se inspira el libreto, son malos artistas, malos pintores, malos poetas, unos niños mimados que tienen una especie de par de años sabáticos antes de verse atrapados por la realidad.
El decorado, diseñado por Isabella Bywater, consiste en la sección de una casa en cuyo piso superior se encuentra el espacioso estudio- que no miserable buhardilla como en otras producciones- donde Rodolfo, Marcello, Colline y Schaunard juegan, entre otras cosas, a ser creadores.
Para la segunda escena, que se desarrolla entre un restaurante y la calle, los distintos elementos del decorado giran, empujados por el equipo del teatro, para mostrar por el otro lado un Montmartre romántico, de gendarmes, vendedores callejeros, prostitutas y grupos de niños, estos últimos siempre tan caros a Puccini.
La siempre emocionante escena final de la muerte de Mimí, una de las más justamente famosas de la literatura operística, no tiene lugar en la penumbra de una cochambrosa buhardilla sino en la luminosidad del estudio de amplios ventanales, como si el director quisiese contrastar una vida que se apaga con el despertar de la primavera.
En este coproducción con la ópera de Cincinnati (EEUU), que podrá verse en días distintos hasta el 8 de marzo, debutan en la English National Opera varios jóvenes artistas, entre ellos el director de orquesta de origen peruano y residente en Estados Unidos Miguel Harth-Bedoya.
Harth-Bedoya, actualmente al frente de la Sinfónica de Fort Worth (EEUU), dirige a la orquesta de la ENO con gran sentido dramático y exquisita atención a la música de Puccini, tan rica siempre en matices.
Entre los cantantes destacan Melody Moore, una soprano de voz cálida, Alfie Boe (Rodolfo), un limpio tenor lírico, y la también soprano Hanan Alattar, que interpreta con enorme temperamento a Musetta.
La noche del estreno, una emisora británica, Sky Arts, filmó la acción el escenario y todo lo que ocurría mientras tanto entre bastidores para emitirlo en directo, algo que, según sus portavoces, no se había intentado nunca en el mundo.
La próxima producción de la ENO será de muy distinta naturaleza ya que se trata de la ópera "Doctor Atomic", del estadounidense John Adams, ópera inspirada en el llamado "Proyecto Manhattan", del físico nuclear Robert Oppenheimer, que se estrenará el 25 de febrero.
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