Este artículo se publicó hace 13 años.
El Nobel premia los estudios que transformaron el conocimiento del sistema inmune
El Instituto Karolinska de Estocolmo premió hoy con el Nobel de Medicina o Fisiología a tres científicos por sus logros en el estudio del sistema inmunológico, que abrieron nuevas vías para la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Los trabajos del estadounidense Bruce A. Beutler, el francés Jules A. Hoffmann y el canadiense Ralph M. Steinman han posibilitado mejoras en las vacunas contra infecciones y en el tratamiento de los tumores y de las enfermedades inflamatorias.
A Beutler y a Hoffman, que se repartirán una mitad del premio de 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros o 1,5 millones de dólares), se les ha distinguido "por sus descubrimientos relacionados con la activación de la inmunidad innata", según el fallo del Comité Nobel.
En el caso de Steinman, que se lleva la otra mitad del galardón, se reconoce "su descubrimiento de la célula dendrítica y su rol en la inmunidad adaptativa", la última etapa de la respuesta inmunitaria del cuerpo humano.
A lo largo del pasado siglo, los componentes del sistema inmunológico han sido identificados de forma progresiva, y varios de esos descubrimientos han sido distinguidos con el Nobel de Medicina.
Pero los mecanismos de activación de la inmunidad innata y de mediación entre ésta y la inmunidad adaptativa eran un enigma hasta los estudios de los tres premiados con el Nobel de Medicina 2011.
Steinman (Montreal, 1943) descubrió en 1973 un nuevo tipo de células, las dendríticas, y empezó a investigar su papel en el sistema inmunológico.
El científico canadiense demostró que estas células poseían una capacidad única para activar las denominadas células "T", claves en la inmunidad adaptativa y en el desarrollo de una memoria inmunológica contra distintas sustancias.
De este modo pudo revelar cómo se activa el sistema inmunológico adaptativo y cómo se relaciona con la inmunidad innata.
Jules Hoffmann (1941), de origen luxemburgués pero nacionalizado francés, investigaba a mediados de la década de 1990 cómo las moscas de la fruta combaten las infecciones, y disponía para ello de moscas con mutaciones en varios genes, como los receptores Toll, proteínas con un papel destacado en la adaptación del sistema inmunológico.
Al infectar a las moscas con bacterias u hongos observó que las que tenían mutaciones en los receptores Toll morían porque no eran capaces de construir una defensa efectiva.
El científico descubrió que los receptores estaban implicados en detectar microorganismos patógenos y que era necesario activarlos para lograr una reacción exitosa contra estos.
A finales de la misma década, Beutler (Chicago, 1957) buscaba un receptor para fijar los lipopolisacáridos (LPS), polímeros que forman una especie de capa protectora de las células bacterianas.
Beutler descubrió que los ratones resistentes a los LPS tenían una mutación en un gen muy similar al gen Toll de las moscas de la fruta, lo que demostró que los mamíferos y las moscas de la fruta usan moléculas similares para activar la inmunidad innata al enfrentarse a microorganismos patógenos.
Los descubrimientos de Hoffman y Beutler impulsaron la investigación en el área de la inmunidad innata, y en la actualidad han sido identificados en humanos y ratones una docena de receptores similares a los Toll.
Los tres inmunólogos suceden en el palmarés del Nobel de Medicina o Fisiología al británico Robert G. Edwards, ganador el año pasado por desarrollar la terapia de fecundación in vitro.
El premio otorgado hoy abrió la ronda de ganadores de los Nobel, que seguirá mañana con el de Física y continuará los próximos días, por este orden, con los de Química, Literatura, de la Paz y Economía.
Anxo Lamela
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