Este artículo se publicó hace 13 años.
Niños con espina bífida no siempre necesitan terapia antibiótica
Por David Douglas
Muchos pacientes con espinabífida sometidos a cateterización intermitente no se beneficianclaramente de la profilaxis antibiótica para evitar infeccionesdel tracto urinario, informaron investigadores holandeses.
Los resultados de su estudio fueron publicados en Journalof Urology.
"Uno debería considerar detener la profilaxis (...) porqueen muchos casos sólo previene infecciones del tracto urinario(ITU) afebriles, que no comprometen la función renal", dijo elautor principal, doctor Bas Zegers, a Reuters Health.
"Las excepciones son el reflujo vesicoureteral severo y lasITU febriles", añadió.
Zegers, del Centro Médico Máxima en Veldhoven, y colegas,indicaron que alrededor de uno de cada 2.000 niños nacidosvivos padece espina bífida, y que cerca de la mitad de ellosexperimenta una obstrucción funcional en la vejiga.
La espina bífida es uno de los defectos congénitos máscomunes, que suele provocar un daño neurológico que causa porlo menos cierta parálisis en las piernas.
Se trata de un tipo de defecto del tubo neural queconstituye un problema en la médula espinal o las membranas quela recubren por el cual la columna vertebral del feto no secierra completamente durante el primer mes de embarazo.
La cateterización intermitente ayudó a mejorar el manejo dealgunos problemas en estos pacientes, pero el valor de laprofilaxis antibiótica para reducir posibles infeccionesbacterianas e ITU asociadas no está claro.
Los investigadores dividieron al azar a 176 chicos para quecontinúen o detengan la quimioprofilaxis de baja dosis. Cadados semanas, se evaluaron muestras de orina durante los 18meses de estudio.
Cuatro pacientes en el grupo que discontinuó losantibióticos tuvo ITU febril, comparado con dos de los niñosque siguieron recibiendo antibióticos, pero esa diferencia nofue estadísticamente importante.
No obstante, discontinuar la terapia profiláctica generótasas anuales mucho mayores de bacteriuria asintomáticaimportante (4,58 versus 3,64 por paciente) e infección deltracto urinario afebril (1,52 versus 1,07 por paciente). Esoimplicó que hubiese una ITU afebril por año por cada 2,2pacientes que detenían la profilaxis.
En la práctica clínica, dijeron los autores, "los pacientescon espina bífida tienen que soportar un extenso período deprofilaxis antibiótica diaria para prevenir una única ITUafebril" que no deja secuelas.
Excepto por los casos puntuales mencionados por Zegers, elequipo concluye que los pacientes "pueden discontinuar demanera segura esta profilaxis, en particular los varones,pacientes con bajas tasas de infección del tracto urinario ylos pacientes sin reflujo vesicoureteral.
"Aunque este hallazgo parece de sentido común, esteanálisis prospectivo es valorado y respalda nuestros patronesde práctica con evidencia objetiva", dijo en un comentariosobre el estudio el doctor Eric A. Kurzrock, del Hospital deNiños Shriners en Sacramento, Estados Unidos.
FUENTE: Journal of Urology, online 22 de octubre del 2011
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